PUBLICADO EL 04-08-2016 | Hoy se celebra el 445 aniversario de Fundación Española de Huancavelica, sin embargo, muchos años antes, según vestigios arqueológicos, por esta zona llegaron las culturas Wari, Chavín, Tiahuanaco, Inca, Chanca, Anccara, que fueron las primeras en llegar a este lugar por el “llimpi” (mercurio o azogue) que era elemento sagrado para los rituales mágicos, religiosos y bélicos, que se han desarrollado en estos escenarios desde tiempos inmemoriales.
Durante el
Virreinato del Perú, en 1564, se descubrieron las minas de azogue, entre las que destaca la mina de mercurio llamada “La Descubridora” en un primer momento fue dueño,
Don Amador de Cabrera y algunos años después paso a manos de la Corona Española, se bautizó como la de “Todos los Santos” pero como nadie utilizaba ese nombre, en el siglo XVIII se llamó “Santa Bárbara”.
De esta forma inicia el auge como asiento minero en la zona localizada en la entonces
región de los “Wanka willka”, antigua jurisdicción de Huamanga,
la explotación de la mina era la única razón de existencia en la comarca, pues el clima era tan riguroso que no encontraban con frecuencia productos comestibles, excepto papa y cebada que era escasas.
Fundación
Uno de los momentos más importantes en la historia huancavelicana se da con la ordenanza de la fundación, con el nombre de
“Pueblo Rico de Oropesa” se realizó el
día 4 de agosto de 1571, por
orden del Virrey del Perú, Don Francisco de Toledo, hijo de la casa del Conde de Oropesa.
La fundación fue un acto muy solemne dirigida por el alcalde mayor de minas,
Don Francisco de Angulo, en un pequeño valle frío, circundado por monumentales cerros; diez años más tarde en 1581 se eleva al título de “Villa Rica de Oropesa”.
Sin embargo debe de tenerse en cuenta que Jerónimo de Silva, por encargo también de Toledo fundó la ciudad de “
Santísima Trinidad de Huando”, hoy distrito de Huancavelica el 1 de Junio de 1571. Es decir,
Huando fue la primera fundación española en territorio huancavelicano.
El acta original de la fundación de Villa Rica de Oropesa (hoy Huancavelica), fue extraída por algún investigador norteamericano y llevada a la
Universidad de Indiana en Bloomington, USA, en donde permanece. Recién en 1971, el embajador norteamericano Taylor G. Belcher,
entregó a la Biblioteca Nacional del Perú, 63,815 legajos en micro film correspondientes al Perú, siendo uno de ellos, el acta. Hay que hacer un reconocimiento al profesor huancavelicano Amador Mendoza Ruiz, quien fue el primero en realizar gestiones para obtener copia de dicha acta y agradecer también al paleógrafo huancavelicano,
Dr. Lucio Castro Pineda, quien descifró su contenido.
En los años previos a la fundación, el lugar que ocupa la actual ciudad de Huancavelica era denominada con el nombre de
Secclla y el río Ichu era llamado Siquisichaca.
Se debe tener en cuenta que ese 4 de Agsoto de 1571 se fundó "PUEBLO RICO DE OROPESA", ya que el título de Villa lo obtuvo diez años después.
Blasón Heráldico
Los Reyes de España le concedieron el “Privilegio de Armas” a Huancavelica, blasón heráldico, sobre el campo azur está el Cerro de Santa Bárbara, que se yergue hasta gran altura y sostiene en su cima el mundo coronado por una cruz de oro.
La bordadura que es de plata ostenta en letras iguales una Inscripción que dice: “ME FERE JAM TOTUM SIC HUANCAVELICA TUAETUR”, mote que en una traducción aproximada significa: “Desde ahora Huancavelica me defenderá íntegramente”.
Sin embargo existe opinión, por otro experto latinista, que dice sobre la inscripción en el escudo, que si fuera la inscripción de la siguiente manera: ME FERIAM TOTVM SIC HUANCAVELICA TVAETVR, la frase aludiría a los ingentes socavones en la pétrea mole, lo que sería traducido como: “Cuanto más me hieras más íntegramente Huancavelica me sostendrá”.
En 1790 acuñaron la medalla conmemorativa de la Jura de fidelidad al Rey Carlos IV, un ejemplar numismático, que lleva la imagen del Rey y en el anverso las armas de Huancavelica circundada por dicha inscripción en los años de apogeo minero, allí se inscribe “Huancavelica es la joya más preciada que tiene Vuestra Majestad en su corona”.