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Los hornos de fundición de azogue de Villa Rica de Oropeza

Este paisaje bucólico de Huancavelica es reciente porque desde la época colonial hasta hace poco, la ciudad estaba llena de hornos de fundición que funcionaban las 24 horas del día.


Por: Marino Ayuque Rodriguez

Como la vemos hoy, la ciudad de Huancavelica, parece un lugar donde no hubiera pasado nada, pero no es así, hubo un tiempo en que toda la ciudad estaba llena de hornos de fundición que funcionaban las 24 horas del día, convirtiendo a este paraje un lugar tenebroso, lleno de humo y contaminado.

Si nos trasladamos imaginariamente a los inicios de la explotación del azogue, es decir a unos cuatro siglos atrás, veremos la ciudad de Huancavelica de aquellos tiempos, desde Santa Rosa, Seqsechaca, San Cristobal, Ascension y mas allá, el pueblo estaba llena de chimeneas, con mas 100 hornos según los historiadores, de donde que emanaba humo negro que opacaba el cielo azulino que tenemos.
 

Felizmente esa época ha terminado, dejándonos solo vestigios históricos de una explotación descomunal.

Como sabemos, a partir de 1571, en Huancavelica, se inicia la industria minera del azogue, para el tratamiento del mineral llamado cinabrio, de donde se extraía el azogue o mercurio, se inicia la construcción y uso de hornos de fundición.

Según estudios de Jose Maria Galvez, "Los hornos de fundición en la Villa de Huancavelica fueron indudablemente más de un centenar, toda vez que los grandes empresarios mineros como Sotomayor y otros, hacían funcionar simultáneamente más de 60 hornos, con lo que se demuestra que Huancavelica estaba rodeada sin duda de grandes cantidades de hornos de fundición de azogue: “había industriales, como los grandes empresarios Sotomayor, Torres de Navarra, el repetido Contreras y algunos otros, que tenían en sus asientos más de 60 hornos funcionando alternativamente”.

Estos hornos de fundición han ido desapareciendo como manifestamos anteriormente, por el crecimiento poblacional y consecuentemente urbanístico; lo cual nos hace entender que Huancavelica, durante la colonia, soportó un sistema de explotación minera jamás visto en la historia.".

Los primeros hornos de la época de la colonia estuvieron ubicados en Aqo Arma, Seqsechaca y Quichcahuayqo, fueron utilizados para procesar el mineral bruto lllamado cinabrio y, así obtener el mercurio, estos hornos con el correr del tiempo fueron abandonados o se reutilizaron. Uno de los mas importantes hornos fue Qoripaccha, cuyos restos hasta hoy se pueden apreciar en el Barrio de San Cristóbal, a la altura del lugar Puyhuan.

Qoripaccha se inicio a construir en el año 1650 y se construyo según fuentes esvritas con 30,000 ladrillos que se elaboraron en Huaylacucho, utilizándose ademas la piedra volcánica que se llama calcaria o cancanya, así como cal y arena para juntarlos, una especie de cemento y por ser más grande y tener una chimenea muy bien construida, en su primer momento se fundieron el azogue y posteriormente lo reutilizaron para fundir el oro y la plata.

Mas adelante veremos el impacto sobre los nativos y nuestros recursos como el ichu, que también fueron diezmados por la industria del azogue y la mineria de aquellos tiempos.


Foto : Horno de fundición de Qoripaccha en en Barrio de San Cristóbal Huancavelica, data desde el año 1650. Hace 4 siglos.


Huancavelica actual, podemos observar el Barrio San Cristóbal.



 

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