Habremos que parafrasear al Padre Gustavo Gutiérrez, quien en su magnífica obra la “Teología de la Liberación” se pregunta cómo el pobre, el desvalido puede agradecer a Dios cuando vive en medio de la desgracia y de la injusticia.
Así mismo me pregunto cómo desearle un merecido feliz cumpleaños a mi progenitora cuando estamos atravesando situaciones muy difíciles. El 10 de julio del 2014 dejó este mundo la menor de sus hermanas, mi siempre recordada tía Angélica, que supo brindarme aprecio y cariño, quien para ella yo era su hijo mayor, así me decía siempre. El 08 de enero de este año, mi señor Padre partió al infinito, dejando tras su partida estela de tristeza y desolación. El 05 de octubre pasado, mi tío Demetrio, el tercero de sus hermanos, igualmente dejo este mundo. Por si fuera poco, mi tía Rosita, la mayor de sus hermanas se encuentra hospitalizada, aquejada de un mal que la tiene postrada en cama desde hace más de dos meses.
No siempre este mes de noviembre había sido color gris, oscuro, llena de tristeza. En otras épocas noviembre para nosotros era mes de algarabía. Mi madre nació un 06 de noviembre. Mi hija Paulita y mi sobrino Ángelo (hijo de Mauro) nacieron un 17 de noviembre, fecha que coincide con la partida del segundo de los hermanos de mi madre, mi tío Héctor. Un 21 de Noviembre de un alejado 1921 había nacido mi padre. El 27 de noviembre y para cerrar el mes, vio la luz de este mundo mi hermana Magni.
Decía, mi Madre nació un 06 de noviembre de 1936, en Tinyayocc, donde se habían asentado mis abuelos, Nicolás Gutiérrez Vasquez y Concepciona Violeta Guillen. En su infancia con quien tenía más confianza era con mi tío Demetrio, “con Héctor no tanto” dice. En su juventud tuvo un breve paso por Lima, viviendo en la casa de los señores Caloreti, por el centro de Lima, quienes eran Tantarinos y compadre del abuelo. Luego de allí, mi tío Demetrio la llevo a vivir a casa de tía Elvira, hermana de mamá Conce. Mi madre estudio diseño y modas, junto a tía Alicia Saldaña Del Pino.
Un buen día mi tío Demetrio le confiesa que tenían otro hermano de nombre Antonio, que vivía en Surquillo, los visitaron y los acogió de buena gana. Posteriormente mi madre regresó a Tantará donde le esperaba mi Padre y mi abuela Victoria Gutierrez, con ponche y chamiscol y para el “yayccupacuy”. Inicialmente Mamá “Conce” se opuso. Papá “Nico” acepto de buena gana y luego hubo boda. Es así como mi mamá regreso a Tantará y se quedó a forjar una nueva vida, al lado de mi Padre.
Este dìa y dejando de lado por un momento el infortunio debo decirte MADRE FELIZ CUMPLEAÑOS. Aquí en casa también te esperan tus nietos, para abrazarte y desearte felicidades sin fin, en tu cumpleaños.
Te dedico este huaynito en nuestra lengua vernacular.