Por: Eucadio Gutiérrez Solano

A un día del Bicentenario de la Independencia del Perú, el presidente electo Pedro Castillo Terrones cava su tumba, antes que el congreso lo declare la vacancia. Al parecer Castillo no tiene las neuronas completas para cometer burradas intolerables.

Es increíble que un “delincuente” perseguido por la justicia como Vladimir Cerrón, esté acompañando a Castillo -en diversos actos- como en la trasferencia que está realizando el gobierno saliente. Esto es una provocación abierta al pueblo. Un escupitajo mal oliente al Perú. Debe precisarse que Cerrón no es el ganador de las elecciones, sino Pedro Castillo Terrones. Un “delincuente” no puede estar mezclado con Castillo, que de ser así tendrá corta vida en el gobierno, y que el pueblo con ganas lo enterrará, después de que sea vacado.

Cerrón está moralmente impedido salir públicamente “al costado” del presidente Pedro Castillo. Cerrón está implicado en actos de corrupción, su presencia y sugerencia pública hace mucho daño al Perú. El pueblo peruano votó contra la corrupción, y no para convivir con elementos nocivos de la patria como Vladimir Cerrón, aunque fuese fundador de Perú Libre. Si eso es el argumento, entonces su “pata del alma” Vladimiro Montesinos debe hacer lo propio, metiendo sus narices en actos públicos de la chica K, aunque desde su celda, secretamente, dirigió la campaña de Keiko, como se demuestra con los “vladiaudios”.  

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Tenía que ser un tarado para no entender el tremendo daño que hace al Perú y al presidente Pedro Castillo Terrones, el judicialmente célebre Vladimir Cerrón. Cerrón no es un angelito, ni menos un personaje importante en la política peruana. Tiene cuestionamientos muy serios judicialmente, entendible por cualquier ciudadano honesto. Vladimir Cerrón está implicado en actos de corrupción. Desde este punto de vista no puede ni siquiera mostrar su parecer en cuestiones de gobierno ni en la transferencia del presidente Castillo.

Pedro Castillo llegó a la presidencia gracias al pueblo peruano que, cansados de la podredumbre y de la corrupción, depositó sus votos para la limpieza de la nación peruana, manchado de males, de extremo a extremo. La supuesta convivencia de Castillo y Cerrón es lo peor que sucede a la gobernabilidad del Perú. Según como va Castillo será sacado por el pueblo, por su unidad con el personaje que representa la corrupción. Los cuestionamientos a Cerrón son contundentes.

Cerrón busca la impunidad en el gobierno frágil de Castillo, que parece ser un personaje que no tiene un horizonte claro y que visiblemente carece de autoridad. El siamés Castillo-Cerrón, tendrá una corta duración, lo que causa una decepción muy grande a los electores. Cerrón representa la corrupción, de modo su presencia asfixia a Pedro Castillo, y socaba la gobernabilidad.

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