Ante de ingresar a la feria de libros, atestado de gente y curiosidad intelectual, desperté insospechadas e inquisitivas miradas, desde la muchedumbre, hacia mis sonrientes atuendos, emergido desde el interior de mis aposentos, cobijados al pie del puente a punto de desplomarse, en harapos y ligero de equipaje, avance vacilante, con espanto alegre, ante aquella multitud.
¿Acaso somos los insoportables espantajos del siglo XXI?
Si bien no somos quemados materialmente como la noche medieval, pero si despertamos un rechazo visceral, acabando expectorados por un ejército de inteligentes, encargados de guardar su patrimonio de marca social como líderes del inevitable monstruo llamado sistema, que diligentemente ayudamos a construir y fortalecerlo cada día más.
Ustedes con sus finos y especiales gustos y yo, con mis pasos destartalados y exótico gusto por la vida, acaso sin proponernos acabamos convirtiéndonos en unos espantajos circunstanciales.
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@davidauris |