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Por: David Vilcapuma Gutiérrez - Licenciado en Educación
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Varios distritos de la Provincia de Chincha - Región Ica, son invadidos, por fuertes lluvias, acompañados de rayos y truenos, ocasionando desastres naturales, tales como la caída de enormes rocas y piedras de los cerros, afectando principalmente la carretera, impidiendo el tránsito vehicular, dejando aislada a las comunidades alto andinas.
Algunos pobladores que vivieron la experiencia, nos manifestaron que durante siete días llovió día y noche, el descenso de la temperatura, la humedad producida por las lluvias y el viento, son elemento que en conjunto incrementan y están atacando con infecciones respiratorias a los niños y ancianos que son los más vulnerables.
Después de un largo periodo de sequía o crisis hídrica, las lluvias caen con intensidad, siendo esta positivo para la siembra, sin embargo es necesario mantener la alerta.
Recomendamos, a las autoridades locales, que brinden asistencia dando orientación de cómo prevenir y actuar frente a esta situación y así evitar mayores daños durante la temporada de lluvias.
Nuevo aporte original desde el fundo de Acochacra:
"Hortensia"
En los meces de otoño, las lomas lucen su belleza, era cuando Hortensia, se dio el último baño en la poza de Acochacra. Sus aguas, brotaban de los puquiales que están al pie de los cerros.
Cuando Hortensia salía de esas aguas milagrosas, su cuerpo parecía una corza blanca, y estaba impregnada de una esencia, que hacia enloquecer de deseo a los hombres.
Se vistió de una enagua fresca de lino y encima una falda dorada, en azul y oro, con una blusa escotada, por donde se asomaban sus senos redondos y cándidos.
Se fue a la fiesta del cuasimodo, que quedaba en Huañupiza, esa noche bailo como nunca asediada por todo los hombres, que estaban en la fiesta.
No tuvo descanso alguno. La hora marcaba las cinco de la mañana, ella seguía bailando incansablemente, cuando la fiesta llega a su fin, se despidió de sus amigos y salió rápidamente, con destino a Acochacra, lugar donde sus padres tenían sus fundos.
Allí desde muy temprano tenía que pastar a sus animales, en el potrero, al atardecer, la invade una gran tristeza. No entendía lo que le pasaba, derramando lágrimas en forma desconsolada.
Luego subió a Totororgo, que es una estancia ubicada más arriba del potrero. Allí se sentó sobre una piedra, pensando en muchas ideas que cruzaban por su mente. Al tranquilizarse, retornó al potrero, donde pastaba sus animales, esa tarde había caído, en un gran marasmo, del cual no pudo salir ni resistir a ese maldito mal de amor.
Por la noche, las vacas iban llegando al corral, de una por una, es cuando su padre va a buscarla, al potrero.
Al llegar al lugar, observó que su hija estaba recostada al borde de una pirca, el creyó que su hija dormía, y él se acercó a reprenderla, al no ver reacción alguna, le toca la mano, encontrándola totalmente fría, comprobando así su muerte.
Salió corriendo en busca de su esposa, para darle la noticia, de su hija, encontrándose en el camino, allí se abrazaron ambos y lloraron desconsoladamente por la pérdida de su hija.