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Por: Esteban Saldaña Gutiérrez - Ingeniero Industrial
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Estaba urgido de dinero. Por mi mente desfilaron varios nombres, de amigos, de familiares. Iba descartando uno por uno. Finalmente quedo un nombre, la de un primo, compañero de correrías.
Compadre, necesito billetín, le dije. Pucha, voy a ver, llámame a las cuatro, a la hora de franco, me contestó. Pero este primo tenía fama de toquero. No creo que me la haga, dije, entre mí.
Lo llame a la hora convenida, lo remalle. Nada. Fui a su trabajo y pregunte por él. Estaba por aquí, me contestaron, estará en la cuadra. Lo busque, se hizo humo. Volví a preguntar, ya se fue, me dijeron. Pucha, dije.
Fui literalmente volando a su casa. Necesitaba ese dinero. Encontré a un sobrino, de nombre compuesto, de apodo extranjerizante, recién llegadito de Tantará. Tu tío tal, pregunté de manera fulminante. Acaba de salir tío, me contesto, me dijo que se iba a Piñonate, donde la tía, contestó tartamudeando. Fui a buscarlo, ya medio amargo. Llegué, ya se fue, me dijeron. Pucha este pata, dije.
Regrese nuevamente donde el sobrino. Tío, me dijo abriendo la puerta, vino rapidito y se ha ido al hospital naval. En ese entonces no había teléfono celular. Pase a la sala y me senté, pensativo, abatido, estaba así. Necesitaba ese dinero, era muy urgente. El sobrino dando vueltas. Tío, tío… y mi tío tal estará enfermo. Y seguía así, insistiendo el muchacho, dando vueltas por mí alrededor. Yo ensimismado, agarrándome, a ratos, la cabeza, la cara, inquieto.
Que tendrá mi tío…. mi mamita se va a preocupar, decía. De tanta insistencia, le contesté por contestar. Tiene cáncer le dije. Cáncer tío, se alarmó. Si tiene cáncer, le dije, totalmente convencido.
Cáncer a que tío ah. Cáncer a la lengua, le conteste furibundo, (solo para mí, cáncer a la lengua por mentiroso). Pucha y ahora tío. Y ya no tiene salvación tío, insistía. Ya no tiene salvación, está en fase terminal, le conteste. Tío, tío… y ese cáncer a la lengua de que da, repreguntó. Levanté la cara para mandarlo a rodar, pero lo vi realmente lívido. Mucha sopa, atine a responder. Sopa tío, murmuro. Si mucha sopa, le dije. Ah, con razón tío que le ha dado cáncer a la lengua, porque a ese mi tío tal le gusta tomar la sopa muy caliente. Por poco estallo en carcajadas, pero contuve la risa.
Ya me voy sobrino, le dije. Vamos donde mi tía Chana, me rogo. Ella es enfermera, debe saber algo. Vamos le dije, por que seguía fregando con lo de la sopa caliente. No estaba la prima, pero se encontraba otro primo, un galifardo. Lo dejé en la puerta y me fui. Dicen que entró alarmado, que su tío tal tenía cáncer a la lengua, en fase terminal. Que quien había dicho eso. Mi tío Esteban, contestó. Y desde cuando tenía cáncer a la lengua. Desde hoy en la tarde tío. Y tu tío Esteban porque dice que le ha dado ese cáncer. Porque a mi tío tal le gusta mucho la sopa, por eso dice mi tío, y además, a mi tío tal le gusta tomar la sopa muy caliente, por eso es. Ya polaco, lárgate por idiota, cáncer a la lengua, por sopero, contestó carcajeándose.