Antonio y los guardianes. El caso del proyecto minero Tía María
Es urgente apostar por la pluralidad y diversidad de medios de comunicación con cobertura y circulación nacional.
Autor: Lic. Rodolfo Aquino Ruiz, Director Ejecutivo deCNR
Veo a un presuroso policía colocando, a la fuerza, un “miguelito” en la mano de un hombre que camina con las justas. Inmediatamente, un reportero gráfico toma fotos, a poca distancia del policía que forcejea con el hombre para levantarle la mano derecha portando el “miguelito”. Así le llaman popularmente al artefacto de fierro usado para pinchar llantas.
Luego, el mismo policía, investido de un principio de autoridad a prueba de balas, le pregunta al hombre:
- ¿Por qué cargas esto? – Y muestra entre los dedos de su mano derecha el arma punzo cortante.-
- Yo no he cargado eso – Le contesta el hombre, moviendo su dedo índice derecho.
Este hombre es Antonio Coasaca, agricultor del Valle del Tambo, en Islay, Arequipa. El nombre del policía que hace la pregunta hipócrita, no se conoce. El reportero gráfico es Julio Angulo Delgado, quien ha dado disculpas públicas y trabajó para el Grupo El Comercio, hasta el lunes 27 de abril. Las imágenes que he visto son del vídeo divulgado por Mollendinos TV, a través de las redes sociales.
A las pocas horas del incidente, el diario Correo fabrica una mentira con las fotos del reportero gráfico. Una patraña de un diario, un reportero y un grupo de policías que quieren ser los “guardianes” de un modelo económico que tiene muchas heridas abiertas. Una farsa de grupos empresariales que, haciendo gala de su pensamiento fundamentalista, han pretendido evidenciar su maniquea idea de que existen “terroristas anti-mineros”.
Este comportamiento de un diario como Correo, perteneciente al Grupo El Comercio, nos muestra al deleznable sistema de comunicación imperante en el Perú. Un sistema de medios que silencia, oculta y hasta manipula los acontecimientos, en confabulación con los grupos de poder económico y político, a los cuales no les interesan las personas, sólo les importan sus bolsillos. Un sistema de medios que desinforma y engaña vilmente, convirtiéndose – cada día – en un atentado permanente contra la sabiduría popular y la inteligencia ciudadana que busca la interlocución con los decisores políticos y económicos del país.
La continuación de esta dominante concentración y propiedad cruzada de medios de comunicación en el Perú, así como la acumulación de frecuencias de radio y televisión en pocas manos, será un latente riesgo para lograr una sólida democracia y consolidar la gobernabilidad en el territorio nacional.
En cambio, el comportamiento de Mollendinos TV, el medio de comunicación local que desmontó el engaño de Correo, nos indica que los derechos a la información, a la libre expresión y a la comunicación son esenciales para exigir y defender el derecho a territorio, agua, trabajo digno, alimentación, etc.
Por tanto, es urgente apostar por la pluralidad y diversidad de medios de comunicación con cobertura y circulación nacional. No estoy hablando de una pluralidad y diversidad de medios arrinconada en algunos ámbitos locales y regionales. Estoy hablando de un sistema de comunicación que permita tener un Estado de derecho y una democracia fundamentada en hombres y mujeres con opinión, ideas y pensamiento libres. Es decir, una ciudadanía comprometida con una visión propia y autónoma de su futuro.