Le apagaron el micrófono y le dieron advertencias por su mal comportamiento. Debido a los constantes actos de agravio y faltas de respeto a la Sala Penal de la Corte Suprema por parte del expresidente Pedro Castillo, en el juicio por el golpe de Estado, el colegiado decidió esta mañana no concederle el uso del micrófono.
Además, no permitió que se acredite y dio instrucciones a su abogado público para que le indique que debe comportarse de acuerdo con el artículo 364 del Código Penal.
Según esta normativa, la Sala Penal —cuya directora de debates es la jueza Norma Carbajal— podría imponerle una sanción, y cada juez tiene "poder discrecional" para resolver cuestiones no regladas que surjan en el juicio, "cuya resolución es necesaria para su efectiva y debida continuación".
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