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Por: Esteban Saldaña Gutiérrez - Ingeniero Industrial
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Doce de octubre de 1492
En la fecha señalada llego Cristóbal Colón a la Isla llamada Gunahaní que luego fue rebautizada como San Salvador. De allí paso a la actual Cuba y posteriormente a otras islas. Retorno a España llevando seis naturales, frutas y poco de oro. Posteriormente y con apoyo de la corona Española, Colón realizo tres expediciones adicionales, dejando abierto el camino para mayores exploraciones, como efectivamente sucedió.
Según fuentes históricas Francisco Pizarro logró formar un ejército de exploradores – por llamarlos de alguna manera – provenientes de los bajos mundos de España, requisitoriados y presos a quienes previamente se les indultó. El propio Pizarro provenía de una chanchería y no tenía ningún tipo de estudio.
Zavalita, el protagonista de Conversación en La Catedral de MVLL, se pregunta “cuando se jodio el Perú”. Pienso que con la llegada de Pizarro.
El gran imperio Inca era una nación poderosa, no solo militar, sino económica (cuya base era la agricultura y ganadería) y política. Contaban con un excelente programa económico, donde literalmente la población no conocía el hambre, gracias a una formula sencilla, pero aplicada con rigurosidad matemática:
Si la población crecía, crecía también la producción.
Para mal nuestro los españoles que llegaron al Perú, con Pizarro a la cabeza, no eran ni de casualidad exploradores, menos colonizadores, eran sencillamente gente de mal vivir, incluyendo al tristemente fraile Valverde. Los españoles destruyeron esta formidable maquinaria económica y no la sustituyeron con ningún otro tipo de programa. Lo que hicieron fue saquear, desvalijar y cometer crímenes de lesa humanidad. Cuando no tenían más que robar, su espíritu codicioso los llevó a explotar las minas, condenando a la población a trabajos forzados en los oscuros socavones de las minas, de donde salían solamente para ir al cementerio. Fue de esta manera brutal y despiadada como se diezmó la población Inca, hasta llegar casi al exterminio, destruyendo su magnífica economía. Desde entonces somos países tercermundistas.
Al Perú no llegaron colonizadores, sino aventureros y conquistadores, con la agravante que eran gente del más graneado del hampa español. A diferencia de los EEUU - que en ese entonces se componían de tribus nómadas y que se encontraban en el último escalón de la cultura humana - llegaron verdaderos colonizadores, Ingleses y Holandeses, provenientes de la Iglesia Protestante, quienes se había separado de la Iglesia Católica y llevaron a cabo una verdadera labor de colonización. Esa es la base del progreso del país del norte.
La era española solo nos inoculo sangre contaminada, nos envenenó el alma y el espíritu. Destruyo nuestra gran nación Inca. No podemos aceptar la teoría del “encuentro de dos mundos”, porque lo que hubo fue invasión, saqueo y genocidio.
Por eso se me escarapela el cuerpo cuando oigo que gente culta trate a España como la “madre patria” o cuando llaman al palacio de gobierno “casa de Pizarro”. Ningún país tiene una estatua a su verdugo. Los propios españoles no tienen a ningún moro en plazas públicas, quienes si colonizaron España.