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Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en
Saluderecho
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Cuando la ministra de salud Silvia Pessah Eljay se disponía a presidir un acto oficial, a sus espaldas en el Centro Materno Infantil “Buenos Aires” de Chorrillos, se llevaba a cabo un fiestón por el aniversario del sitio. Animado por su director, quien inmediatamente fue puesto patitas en la calle, asistían empleados, familiares y relacionados que se disponían a libar y consumir provocativos manjares.
Todo indica que Patricia García, Fernando D’Alessio , Abel Salinas Rivas y Silvia Pessah Eljay están cortados con la misma tijera; en efecto Silvia fue viceministra de Patricia y alumna de D’Alessio.
A semejanza de sus antecesores, la ministra se ha reunido con decenas de agremiaciones “estableciendo cronogramas y productos concretos”; desempolvando estudios y proyectos de sus tres antecesores, o terminando de redactar lo inconcluso.
Pese a todo, Pessah reconoce que sus predecesores no lograron destrabar cuestiones básicas, como la desatención a la gente en los establecimientos de salud; igualmente que el sector está estancado, comprometiéndose a “sacarlo adelante”.
« “Nadie, por más listo que sea, por buen equipo que tenga, va a ser capaz de cambiar el destino de la salud de este país si no tiene tranquilidad y el tiempo respectivo para poder trabajar”.»
Pessah descubrió una fórmula para el mejoramiento de la calidad de la atención; y es que la ciudadanía denuncie los inconvenientes, que la ministra llama “debilidades” que afronte en que se puedan presentar en cualquier establecimiento asistencial. Pessah consciente que el “compromiso de su gestión es con la población”, trabaja “con el corazón y el alma”,y seguramente no defraudará el voto de confianza que le ha dado Vizcarra.
Por el momento ha solucionado el problema de desabastecimiento de medicinas e insumos; pero sólo hasta junio de este año. De ahí en adelante no está garantizado que los establecimientos de salud a nivel nacional dispongan con los recursos suficientes para esos efectos; perjudicando a los más de 16 millones de afiliados a EsSalud.
La ministra de Salud, ha dejado entrever que su trabajo se enfocará principalmente en el fortalecimiento de las Redes Integradas de Salud, la revalorización del recurso humano y la lucha frontal contra la corrupción en el Ministerio y entidades adscritas.
De la misma manera para apagar incendios propone unos medios que no están a su alcance, por no ser de su resorte o competencia. A los directores de hospitales e institutos de Lima Metropolitana, les prometió aumentar el presupuesto; siempre y cuando Hacienda y el Concejo de Ministros lo apruebe. A los pacientes les señaló que tendrán una atención de calidad lo más cerca a sus domicilios; y que ahora sí disminuirán las colas en hospitales.
La “reunionitis, visititis y proyectitis” son los síntomas de los cuatro ministros de salud de este quinquenio; que en promedio ha durado cada uno un semestre en su cargo. Silvia Pessah Eljay que no es nueva como lo anunció el presidente Vizcarra, llega a terminar la labor inconclusa de sus antecesores; comenzado por lo último, el Pacto por la Salud.
El continuismo de por sí no es malsano; siempre y cuando se tengan planes estatales y no programas temporales del ministro de turno. “Nadie, por más listo que sea, por buen equipo que tenga, va a ser capaz de cambiar el destino de la salud de este país si no tiene tranquilidad y el tiempo respectivo para poder trabajar”, puntualizó Raúl González, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el Perú.
@luforero4