La nueva era en las relaciones internacionales que se inaugura en esta Cumbre, recomienda “no olvidar a nadie, ayudar a la población más pobre y vulnerable en las zonas afectadas por la guerra o en casos de desastres naturales. Proteger a las mujeres y las niñas para que todas tengan al derecho a la educación.” En la actualidad casi 1.400 millones de personas viven en situaciones de fragilidad, y se estima que será 1.900 millones para 2030, según indica la ONU.
De los 193 Estados miembros de la ONU, 40 sufren “crisis y violencia de nivel alto, mediano o bajo”, según Ban, y el panorama se torna sombrío si se le agregan otros ingredientes igual de explosivos: El cambio climático, la violencia extremista, el terrorismo, conflictos brutales, el fanatismo, la creciente brecha entre ricos y pobres, el desplazamiento, y la delincuencia transnacional, que dejan como resultado millones de muertes, heridos y miseria.
“El mundo se encuentra en un punto crítico. Estamos presenciando el nivel más alto de sufrimiento humano desde la Segunda Guerra Mundial… es el momento para unirnos en la renovación de nuestro compromiso con la humanidad”, señala la ONU.
La ONU en esa reunión diplomática a la que acudirán 6.000 asistentes y altos dignatarios de unos 80 Estados miembros, hizo un llamado a los sectores del gobierno y la sociedad en general para que comprometan en cinco responsabilidades fundamentales:
• Prevenir los conflictos y ponerles fin
• Respetar las normas de la guerra
• No dejar a nadie atrás
• Trabajar de manera diferente para poner fin a las necesidades
• Invertir en humanidad.