Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en Saluderecho

En la  historia  de la humanidad la difteria es una de las enfermedades infecciosas más temidas, que ataca principalmente a los niños. En  la década de 1880, en Europa y Estados Unidos una  epidemia de difteria llegó a  tasas de letalidad de hasta el 50%, en algunas regiones.  

La difteria fue la tercera causa principal de muerte en los niños de Inglaterra y Gales en la década de 1930. Desde hace un tiempo la difteria junto con la poliomelitis y la tos ferina, son ajenas a países con alto nivel de vida y eficiente servicio de salud. “La difteria, el tétanos y la tos ferina son enfermedades graves provocadas por bacterias”, señala la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU.

Aunque en el Perù la difteria no hace presencia, pueden darse casos importados al ingresar personas infectadas por la frontera con Brasil o Colombia; o a través de centenares de venezolanos ingresados al país.

La   Organización Panamericana de la Salud (OPS), indica que este año  hasta la semana epidemiológica (SE) 14,  se ha notificado casos sospechosos y confirmados de difteria en Brasil, Colombia, Haití, y la República Bolivariana de Venezuela; país que registraría más de un centenar de casos de difteria. En Colombia, en la SE 7 de 2018 se notificó un caso fatal confirmado de difteria en el Departamento de La Guajira, al norte del país. “Se trata de un menor de 3 años de edad de nacionalidad venezolana cuyos antecedentes de vacunación no se pudieron comprobar”, señaló la OPS. En Colombia desde hace 15 años no se presentaba un caso autóctono de esa patología.

La difteria es prevenible con vacunación (DTaP); se transmite por estornudos y la tos, después de  un tiempo  de incubación de 1 a 5 días; las víctimas son indistintamente niños o adultos mayores; hombres o mujeres; los síntomas fiebre y dolor de garganta, advierten los especialistas.

De acuerdo al calendario del PAI ( Programa Ampliado de Inmunizaciones) de la OMS, “la serie primaria de vacunas DTwP o DTaP debe administrarse en tres dosis, comenzando a partir de las seis semanas de vida, y en intervalos de al menos cuatro semanas. Si los recursos lo permiten, deben administrarse dosis adicionales tras completarse la serie primaria. Muchos programas nacionales de inmunización ofrecen una o dos dosis de refuerzo, por ejemplo una a los dos años de edad y otra entre los cuatro y los siete años”.

El año pasado se reportaron en la Región 267 casos de difteria, sobre todo en   personas de más de 11 años sin vacunar, según la OPS.

En todos los casos que se sospeche difteria, lo primero que debe hacerse es  informar  de inmediato a las autoridades sanitarias.

@luforero4