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Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en Saluderecho
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Entre los países que tienen los registros más bajos de jueces por cada 100.000 habitantes, está el Perú, que dispone entre 6,1 y 8,3 jueces, de acuerdo a la Corporación Excelencia en la Justicia. En el Perú existen cerca de tres mil jueces.
Un recorrido de Keiko Fujimori por los juzgados de Lima, encontró jueces impartiendo justicia de una manera precaria, despachando en instalaciones destartaladas, descuidadas, haciendo su trabajo casi manualmente, no hay computadoras, ni papel. Aunque sí hay bastante papel, porque la candidata de Fuerza Popular comprobó personalmente el arrume de expedientes sin decidir en la mayoría de Despachos Judiciales, incluso en la Corte Suprema. Los pocos asistentes o auxiliares jurisdiccionales son insuficientes para tanto trabajo que llega todos los días. El personal judicial no tiene estabilidad en el cargo, son traslados sin previo aviso a otros despachos, incluso de otra especialidad, y no se les tiene en cuenta para capacitarlos permanentemente.
Para la candidata, que es la que se ocupa más del tema, no es un secreto que por el modo como son nombrados los jueces, no por concurso, sino por el Consejo Nacional de la Magistratura, perderían su independencia, y pueden ser objeto de injerencias internas o externas. La provisionalidad es otro inconveniente para una adecuada y continua administración de justicia.
No obstante el problema de la justicia es general en el Perú, la candidata es del parecer que “se encuentran en total abandono” la justicia constitucional y la de familia. La primera se ocupa de las violaciones a los derechos humanos, y la segunda a la protección al menor, a la madre desamparada, etc. Estas dos justicias y los juzgados de paz serían fortalecidas económicamente en un eventual mandato presidencial de Keiko.
La candidata ha sacado a la luz una práctica dilatoria e injustificada que promueve el mismo Estado con los pensionistas, que pese a tener derecho a su jubilación, lo someten a largos y dilatados procesos, que contribuyen a congestionarla. De ganar las elecciones pediría inmediatamente la terminación anticipada de esos procesos, para en su defecto reconocer las pensiones.
Otra medida que adoptaría para descongestionar el Poder Judicial, es trasladar algunas de sus funciones a los Notarios. Este ensayo se ensaya en Colombia, pero la demora judicial no ha disminuido.
Los recursos de casación también serían objeto de reforma con Keinko, para hacerlos más exigentes con el de que la Corte Suprema no se ocupe de causas pequeñas como ahora.
Julio Guzmán de Todos por el Perú en su Programa de gobierno califica a los jueces de “indecentes y corruptos”, y en una hipotética presidencia, fortalecería el Poder Judicial, les disminuiría la carga procesal y se terminarían las demoras procesales.
Para “el gringo”, la justicia requiere profundas reformas, por su lentitud, opacidad y falta de eficiencia. En su eventual gobierno PPK modificaría el Consejo Nacional de la Magistratura, quitándole la facultad de nombrar jueces; modernizaría el Poder Judicial y lo haría más competitivo.
César Acuña de Alianza para el Progreso del Perú, cuarto en las encuestas, no ha revelado sus propuestas para el Poder Judicial.
Para Alán García el Poder Judicial peruano está desacreditado. En su tercer mandato, impulsaría la aplicación eficiente del Código Procesal Penal, la Ley de Flagrancia, y la capacitación de Fiscales y Jueces en los procesos de litigación oral y en investigación.