Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en |
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Desde cuando la población comenzó a salir del campo por diversas razones, las ciudades empezaron a crearse o ampliarse con una enorme deuda. Fueron mal planeadas, mal manejadas y con una evidente indiferencia hacia la población carente de recursos económicos. Por esta razón en las urbes de todo el mundo existen asentamientos informales. Esta situación genera “congestión, la suburbialización, la segregación y la polución”, indica el Banco Mundial.
La población que fue asentándose en las ciudades, llamados “pobres urbanos” o pueblos jóvenes”, implanta una “demanda acelerada por el acceso a la vivienda, un sistema de transporte bien conectado y servicios básicos inclusivos para todos, así como puestos de trabajo”, se sostiene al interior de esa Organización
Las ciudades tienen una poderosa capacidad para impulsar cambios positivos, sacar a millones de personas de la pobreza, allanar el camino a la igualdad social y poner freno al cambio climático, indican las Naciones Unidas, que añora “asentamientos humanos incluyentes, seguros, resilientes y sostenibles”.
“La explosión demográfica de las décadas anteriores llevó a una urbanización más bien espontánea, regida por mecanismos de mercado, y produjo territorios urbanos muy desiguales y frágiles desde el punto de vista ambiental, sin planificación ni visión de largo plazo”, se lee en Panorama multidimensional del desarrollo urbano en América Latina y el Caribe, recién editado por la Cepal.
En el mundo más de la mitad de la población vive en ciudades; en América Latina y el Caribe ese porcentaje es del 80%. La Nueva Agenda Urbana, documento conclusivo de Habitat III, prioriza la erradicación de la pobreza, compartiendo la prosperidad e impulsando la sostenibilidad ambiental.
Hábitat III, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible, reunida a finales del año pasado, compromete a los gobiernos a “un mejor diseño y ordenamiento del espacio, conectividad, diversidad; y a un plan financiero, que sostenga el funcionamiento de la ciudad y que asegure la prosperidad económica” de todos. En esa Conferencia, Montería en el departamento colombiano de Córdoba, fue reconocida como una de las diez ciudades más sostenibles del planeta.
Ese tipo de ciudades, utópicas para algunos y muy deseables para otros, no se dan de la noche a la mañana; Esmirna en Turquía soportó el cambio de una generación a otra para experimentar transformaciones tan significativas en su estilo de vida.
En esa milenaria ciudad bíblica hace una generación no se soportaba el olor mordaz del golfo, hoy luce limpio; todo era desorden; hoy ofrece viajes pintorescos y numerosas estaciones de bicicletas que permiten a las personas recorrer la ciudad. El malecón donde los pescadores y las familias pasean al atardecer, hace más amigable la ciudad; al igual que el tranvía que circunda en 22 kilómetros de costa, señala la Corporación Financiera Internacional (IFC), organización que hace parte del Grupo Banco Mundial.
La IFC tiene como objetivo en toda América Latina y el Caribe conformar alianzas para impulsar el modelo de ciudades vivibles.
@luforero4
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