Los niños migrantes de la sierra son los más vulnerables en la capital peruana.
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Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en Saluderecho
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En el Perú se han ejecutado programas como Yachay y "Educadores de la calle", que aparecen con bombos y platillos en fechas especiales, y después desaparecen como por encanto. En las correrías de campaña los candidatos presidenciales continúan sin debatir estos temas.
Sólo tres datos del Programa Mundial de Alimentos: La nutrición deficiente es la causa del 45%de las muertes en niños menores de cinco; 100 millones de niños en los países en desarrollo presentan peso inferior al normal, y el hambre mata más que el Sida, la malaria y la tuberculosis juntos.
La Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por las Naciones Unidas (ONU) el 20 de noviembre de 1989, define como niño a “todo ser humano menor de 18 años”.
La niñez para muchos niños infortunados es desarrollada en la calle, en el “mejor” de los casos en el “trabajo”, reclutados para la guerra o por traficantes internacionales de personas.
En el mundo hay 150 millones de niños en situación de calle, según la ONU.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación y Diversificación, la Ciencia y la Cultura ( UNESCO), distingue tres categorías de niños de la calle: Los que trabajan en las vías como su único medio de subsistencia; los que permanecen en las calles en el día pero a la noche retornan a su hogar, y los que viven permanentemente en la calle. La Policía en 2013 rescató a 1200 niños de las calles de Lima.
En América Latina y el Caribe, 13 millones de niños (as) cambiaron sus juguetes por el azadón o el rebusque. De ellos la mitad labora en trabajos peligrosos, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). De acuerdo a la UNESCO, muchos de estos jóvenes trabajadores mueren a temprana edad.
En el Perú más de 1,6 millones de niños trabajan en condiciones de precariedad, la mitad con edades entre 6 a 13 años, puntualiza el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). De ese grupo 232.000 niños y adolescentes trabajaban en la calle. Las cifras reales son difíciles de calcular debido a que el Sistema de Registro del Niño y adolescente trabajador y el Sistema de Inspección Laboral de las Direcciones Regionales de Trabajo y las municipalidades es deficiente, como admite la Defensoría del Pueblo.
En el Perú el trabajo infantil abunda en la minería artesanal del oro en Madre de Dios, Ananea en Puno, Pataz en Trujillo y la zona Nazca-Ocoña. En verano decenas de niños huancavelicanos viajan solos a Lima para ganarse el pan con el sudor de su frente. Los países donde se presenta trabajo infantil, en América Latina la mayoría, violan los Convenios núm. 138 y 182 de la OIT, y lo más grave que les sucede es recibir cordiales amonestaciones.
Los niños(as) sin querer van a la guerra, diariamente unos 5000 niños en algún rincón del planeta, forman parte de los conflictos armados, indica Health and Human Rights. Por cuenta de la guerra en Colombia, durante más de seis décadas, dos o más millones de niños (as) han sido víctimas de toda clase de vejámenes. Miles sufren enfermedades mentales, y siendo adultos desean ser como niños. Para mal, los niños (as) caen en las garras de traficantes de personas, y de ordinario tras las rejas. En el mundo diariamente 4.000 niños son víctima de trata infantil.
Los y las niñas terminan en la calle, trabajando, en escenarios bélicos o en mano de bandas de traficantes de personas por decenas de causas; la UNESCO menciona el desplazamiento, por la violencia y guerras, por quedar huérfanos, abuso del alcohol y drogas, desastres naturales, situación económica y crisis familiares. En el Perú, el 74.1% de los hogares es afectado por la violencia familiar, según encuesta de 2013 del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM).
Sin importar el origen de la llegada al fondo del barril, estos niños y niñas son excluidos de atención en salud, educación, alimentación, recreación, deporte y resocialización. Como consecuencia la población infantil pobre en América Latina y el Caribe, registra alta mortalidad, desnutrición y anemia.
En el Perú el encargado de desarrollar políticas en favor de niños y niñas en situación de peligro es el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MMPV). Sin éxitos se han ejecutado programas como Yachay y "Educadores de la calle", que aparecen con bombos y platillos en fechas especiales, y después desaparecen como por encanto. En las correrías de campaña los candidatos presidenciales continúan sin debatir estos temas.