En general América Latina a la hora de hablar de sexo sigue amarrada a creencias culturales y tabúes, indica el
Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Para los padres y madres latinoamericanos, nunca ha sido fácil dialogar de sexo con sus hijos, o si se ocupan de ello no lo hacen francamente, sino con tapujos, y llamando a las cosas no por su nombre.
El organismo de la ONU especializado en salud a nivel mundial, -OMS-, recomienda incluir en los pensum académicos cursos de educación sexual desde los 12 años. En casa se puede empezar a departir de sexo a los 10 años, indistintamente con niños y niñas, porque “ ellos no reciben la información que necesitan”, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, dedicada a la salud de los adolescentes.
La educación sexual a los adolescentes es necesario para evitar contrariedades en el futuro.
¿De qué hablar? Los padres no necesitan tener una formación regular académica en el tema para abordar el tema, ni esperar que los hijos empiecen la cuestión; por ejemplo reunirse para hablar de relaciones sanas, o de uso de anticonceptivos modernos para evitar los embarazos no deseados.
La OMS aboga para que se preste una atención especial a procurar el acceso a los anticonceptivos a las personas desfavorecidas y marginadas, como jóvenes, pobres o en barriadas urbanas marginales.
Unas 222 millones de niñas y mujeres que no desean quedar embarazadas, o que quieren retrasar su próximo embarazo, no utilizan ningún método anticonceptivo, señaló la Organización Mundial de la Salud (OMS). También se señala que en países de ingresos bajos, la falta de anticonceptivos deja expuestas a 6 de cada 10 mujeres a embarazos no deseados. Dicha conducta es consecuencia de una inadecuada e indebida información sexual.
Según un estudio realizado durante 30 años con 25.314 adolescentes, publicado en Jama Pediatris, si los y las adolescentes tratan el tema del sexo con sus padres, es más probable que utilicen condones y algún método anticonceptivo.
En otro estudio con 600 jóvenes entre 12 y 15 años, citado por The New York Times, casi una tercera parte afirmó que jamás habían hablado de sexo con sus padres.