Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en Saluderecho

América Latina y el Caribe fue la primera región del mundo en alcanzar las metas de reducir el hambre de los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados en el año 2000; pero se cayó de la nube en que andaba. De 2015 a 2016  cerca de 2,4 millones de personas se sumaron a las que ya sufren esa necesidad; llegando a 42 millones.

Una de cada 9 personas se va a dormir con el estómago vacío, indica el Programa  de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ( PNUD). El hambre es el mayor riesgo a la salud en el mundo, mata más personas que el SIDA, la malaria y la tuberculosis  juntos. En 1990-1992  eran 58 millones de estómagos vacíos. Se debe diferenciar el hambre de la hambruna; en ésta  “una parte considerable de la población no tiene acceso a alimentos básicos”, por ejemplo en Yemen.

En el mundo 795 millones de personas no tienen suficientes alimentos para llevar una vida saludable y activa.  Es fácil adivinar  dónde está la gran mayoría de personas que padecen hambre en el mundo, en países en desarrollo. El incremento del hambre se atribuye a la violencia y al clima. “El Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2017”, es el informe anual de la ONU sobre el tema, publicado el 15 de setiembre de este año. En dicho informe participaron la FAO, el UNICEF, la  OMS, el FIDA ( El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola ) y el PMA (Programa Mundial de Alimentos ).

 

En América Latina y el Caribe, aproximadamente una cuarta parte de la población adulta actual es considerada obesa. En nuestra región, el sobrepeso de los niños menores de 5 años aumentó de 6,8 % en 2005 a 7 por ciento en 2016, tasa que supera las de Asia, África y el promedio mundial (6 por ciento), indica el mismo informe.

Los 33 países de la región afrontarán el problema con el Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). En 2009 lo intentaron con el Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y Caribe y la Iniciativa   América Latina y Caribe sin Hambre. En abril de este año en Roma  la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y Consumers International (CI), la federación mundial de asociaciones de consumidores, se aliaron para conseguir que  los consumidores sean una parte fundamental de la ecuación Hambre Cero.

 
Ciertas subregiones de  América Latina y el Caribe  tendrán que evolucionar para  poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible para el 2030, indica el Banco Mundial. Ese organismo  resalta que es  “esencial elevar la productividad agrícola de las familias de bajos ingresos”.

Sin embargo, dentro del túnel hay una luz, una buena nueva, es que en Sudamérica  la desnutrición crónica infantil cayó del 13,5 % al 9,5 por ciento, entre 2005 y 2016. Esta tendencia bajista se presentó en la mayor parte de las regiones del mundo. Antes de conocerse dicho informe, el Banco Mundial señaló que  “mejorar la calidad de la nutrición en edad escolar, han contribuido de manera significativa a mejorar la seguridad alimentaria en la región”.

“El hambre está aumentado en América Latina y el Caribe por primera vez en la última generación. Esto es inaceptable y todos los latinoamericanos y caribeños deberíamos sentirnos personalmente ofendidos por este retroceso. No podemos dar un paso atrás, poniendo en riesgo la salud, el bienestar o incluso la vida de miles de personas”, dijo Julio Berdegué, Representante Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

@luforero4