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Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en Saluderecho
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Trabajar, trabajar y trabajar, es el lema del economista Pedro Pablo Kuczynski”, que desde la presidencia de la República busca que Perú sea un país como el primer mundo. PPK no es ajeno a la cosa pública, ha sido cuatro veces ministro y premier, y a su paso por esas dependencias siempre dejó la casa luciente, sin una basura.
Acorde con su promesa de dotar al país de el mejor equipo que habrá gobernado en toda su historia, empieza a rodearse de “gente muy capaz con mucha trayectoria”; el ministro de la presidencia es una persona que sabe a dedillo cómo es el Perú, y en cuanto a las dos vicepresidencias como sus principales coequiperos, no faltan los elogios de los funcionarios que las representarán.
Desde el primer día Kuczynski andará por el centro para unir a todo el país, y atraer a los que no votaron por él, dejando a un lado el ring; todos ahora son uno, las peleas se acabaron.
Los bolsillos de los peruanos están desfondados por tanta carestía, la que se percibe principalmente en las personas que andan a píe, la mayor cantidad perteneciente al sector informal, los que se rebuscan para subsistir, que no perciben un salario fijo ni tienen derecho a prestaciones sociales integrales.
La brecha se abrirá para acoger en el camino a todos los peruanos, sin distinción alguna; las diferencias económicas y la desigualdad serían historia patria al final del quinquenio.
Algunas entidades oficiales dirán el último adiós, otras se transformarán y algunas nacerán para hacer parte del aparato estatal peruano.
Entre las que tienen contados sus días está el SNIP o Sistema Nacional de Inversión Pública; los que cambiarán de ropaje está el OSINERGMIN, que es el organismo supervisor de la inversión en energía y minería, que con su inmensa burocracia se ha dormido, señala el presidente electo. Otro ente que va en camino equivocado es Petroperú, porque sigue ejerciendo una función extraña, como es regular los precios de los combustibles, que en Perú son supremamente altos, y no se mueven al vaivén de los precios internacionales del crudo. Empresas que agonizan como la mina
Cobriza, ubicada en La Oroya, región Junín, será reanimada por el nuevo inquilino del Palacio Presidencial, que reconoce que el asunto “no va a ser fácil”. Para esta labor cuenta con el apoyo de los habitantes de La Oroya, que a finales de julio, realizará una marcha hacia el Parlamento para exigir que no se le expida la partida de defunción a La Oroya.
El revolcón que se ve venir, necesitará el apoyo del Congreso, por las nuevas leyes que se requieren para conseguirlo, por lo que se prevé que el Presidente de la República le solicite al Parlamento facultades delegadas para legislar, especialmente sobre los pilares en donde se soporta el nuevo gobierno: seguridad ciudadana, lucha anticorrupción, reactivación económica e infraestructura para el desarrollo.
@luforero4
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