Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en Saluderecho

Hace 20 años en virtud de la   Ley 26790 de 1997 se abrió la puerta de parte en par para que las Compañías de Seguros entraran en el sector salud, ahora convertido en un monopolio de un puñado de  empresas que han construido o comprado clínicas, centros médicos y boticas en todo el país; infraestructura ha sido levantada sin vigilancia   del Estado.

Hace cerca de 5 años en el Perú varias clínicas se unieron  para solicitar se pusiera coto a las Compañías de Seguros en salud,  que en el Perú son Auna, Breca, con inversiones en minería, pesca, industria, hotelería y los servicios financieros; Credicorp, Cruz Blanca, Grupo Inversiones en Salud, de propiedad de ex ministros de salud apristas; la española Mapfre;  Ricardo Palma, una de las primeras creadas; San Pablo y la chilena Sanitas.

Varias aseguradoras llegaron al Perú aprovechando el boom de los años 2000 y 2011, período durante el cual  el Producto Interior Bruto (PIB) peruano creció en más de un 230%, situación de por sí atractiva  para la industria aseguradora.

El tema de la reforma del sistema privado de salud había sido enterrado hasta ahora, cuando el gobierno emprende un juicioso estudio para anunciar reformas que beneficiará principalmente a los pacientes, cuya atención depende de las condiciones, coberturas de las  pólizas, y la prima que cada uno está en capacidad de pagar.

 

Igualmente se pone en tela de juicio que las aseguradoras privadas sean las que manejen toda la cadena: clínicas, centros médicos, y laboratorios y farmacias.

En los próximos  años el sector privado de salud pretende invertir en infraestructura 1.000 millones de dólares,  y el público el doble.

El Ministerio de Salud y la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud) habrían sido indiferentes a la evolución de este sistema alterno de salud privado que ampara más de 2 millones de peruanas y peruanos, y continuamente se preguntan ¿y dónde está el piloto?

@luforero4