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Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en Saluderecho
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Tomar la insalubre decisión de orinar o evacuar en la vía pública, para los que no pueden aguantar, o que para hacer sus necesidades no tienen un excusado, retrete, váter, WC o toilet en casa, es un acto que fuera de producir enfermedades, es una oportunidad menos para convertir la orina y las heces en energía eléctrica como se intenta.
Cuando se está fuera de casa y ante una necesidad de esas, la población no encuentra WC públicos, están OUT o sucios. Al menos mil millones de personas en el mundo en 2012, por una u otra razón miaron o defecaron al aire libre.
Algunos países anuncian medidas para evitar no mear y excretar en la calle, sin embargo las autoridades son incapaces de controlar esos comportamientos privados. En algunas comunidades españolas la multa para los que cogen ‘in fraganti’ es de hasta 1500 euros; en Colombia la sanción es de unos 80 dólares que casi nadie paga. En el Estado norteamericano de Georgia esa práctica es delito que puede conducir a la cárcel.
“ Unos 120 millones de personas no tienen un inodoro en condiciones adecuadas es más fácil adquirir un teléfono celular que instalar un baño en casa. ”
Unos 120 millones de personas no tienen un inodoro en condiciones adecuadas, según el Banco Mundial, que estima que es más fácil adquirir un teléfono celular que instalar un baño en casa. La falta de acceso a medios de saneamiento seguros y limpios expone a 2500 millones de personas al riesgo de contraer numerosas enfermedades como la disentería, el cólera, el tifus, la esquistosomiasis, el tracoma y la helmintiasis intestinal, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las mujeres son las más afectadas por esa deficiencia sanitaria, característica de las poblaciones que crecen desordenadamente, sin tomar en consideración la edificación masiva de baños públicos.
La Organización de las Naciones Unidas, señala que las mujeres y las niñas se arriesgan a ser objeto de abusos y violaciones porque no tienen un retrete que les ofrezca privacidad.
En Manchay, en el distrito de Pachacamac, una de las zonas más pobres de Lima, muchas personas tienen celular con internet, pero no hacen nada por comprar un inodoro, opina una pobladora.
A los gobiernos durante decenas de años y desconociendo que ese es un Derecho Humano Universal consagrado el 28 de julio de 2010, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, les ha importado un soberano rabo que miles de familias no puedan asumir los costos para la construcción de un baño, como tampoco se ha interesado por financiarlos.
En un debate en el Concejo de Bogotá, con una población de 8 millones de habitantes, el concejal Andrés Eduardo Forero M. reveló que en la capital colombiana solo hay 24 baños públicos.
@luforero4