Por: Luis E. Forero Medina
En América Latina las personas que terminan en una cárcel, muchas veces declaradas posteriormente inocentes, le han sido desconocidos sus derechos humanos, especialmente el de la salud.
Los problemas más comunes
Los establecimientos carcelarios no siempre cuentan con un médico, y cuando los internos corren suerte y son atendidos, las rejas no se abren para trasladarlos a centros hospitalarios, entregarles medicamentos o practicarles exámenes de laboratorio. Los limitados servicios médicos no dan abasto por el hacinamiento carcelario que se presenta en las Américas, que genera problemas sanitarios que poco o nada son tratados. Tampoco existen campañas de vacunación o controles médicos masivos entre la población carcelaria. El desaseo de las celdas, unido a la pésima alimentación suministrada, agrava silenciosamente su problema. Por décadas los gobiernos suramericanos se han olvidado de la población carcelaria en cuanto a sus derechos humanos, probablemente porque este colectivo no tiene vocería alguna.
Atención inadecuada
Según la Federación Iberoamericana de Ombudsman (FIO) en informe de 2014, en los países donde se presenta una atención deficiente en salud a los presos, son Colombia, Bolivia, Uruguay y Nicaragua.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos tiene señalado respecto al tema de salud de los internos penales que “la atención médica debe ser proporcionada regularmente, brindando el tratamiento adecuado que sea necesario y a cargo del personal médico calificado.”
Situación en el Perú
Acerca del servicio de salud de los internos el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) informa que “la atención en los servicios de salud de los Penales es totalmente gratuita.”. Visitas hechas por la Defensoría del Pueblo muestran un escenario de irregularidades en atención oportuna en salud a los reclusos. Al momento de indagar el número de reclusos en el Perú, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) responde que las estadísticas están “en construcción.” De acuerdo a Sergi Pérez, blogero del Banco Mundial, en Perú la sobrepoblación penitenciaria es del 215%; y en 2013 en los sitios de reclusión del Perú, fallecieron 166 internos, siendo una de cada tres muertes por tuberculosis e infecciones respiratorias. Los internos penales también esperan su inclusión social.