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Por: Luis E. Forero Medina Abogado/Especialista enSaluderecho
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Al inicio del siglo XX en 1900, de 997 atletas, sólo 22 eran mujeres, que competían por primera vez en unos Juegos Olímpicos; en el ocaso del mismo siglo XX, en 1994 se llevó a cabo la primera conferencia internacional sobre la mujer y el deporte, con el fin de “acelerar el proceso de cambio para rectificar los desequilibrios que enfrentan a las mujeres al participar en el deporte”.
Los Juegos Olimpicos de Paris (1900) Tiro al Arco, mujeres primera participación.
Tuvo que pasar más de un siglo de la historia de los juegos olímpicos, para que el deporte de las narices chatas admitiera en 2012 boxeadoras; de otros deportes que se dice no son apropiados para las mujeres y las niñas como el surf y el rugby, ellas han demostrado su éxito en su incursión, dejando por el suelo el argumento que son ‘deportes de hombres’.
Durante mucho tiempo se ha afirmado que “El fútbol es para los hombres y la danza para las mujeres”; y contra todo pronóstico en este deporte el fútbol femenino está ganando cada vez un mayor reconocimiento como deporte; pero no similar reconocimiento en la parte económica; en tanto que la retribución total para última Copa Mundial de Fútbol Masculino fue de 576 millones de dólares, la de la última Copa Mundial de Fútbol Femenino, fue de 15 millones de dólares estadounidenses.
La UNESCO, la agencia de Naciones Unidas encargada de proteger y promover el deporte, ha indicado que “La promoción del fútbol femenino puede ser, por lo tanto, un motor poderoso para promover la emancipación de las mujeres y las niñas y hacer que nuestras sociedades sean más inclusivas”; y Lakshmi Puri que “Los deportes pueden ayudar a reducir el aislamiento social que sufren muchas mujeres y niñas, especialmente las que viven en la pobreza y se encuentran marginadas dentro de sus propios hogares”.
El caso de la mujer fuera del campo de juego es igual; hasta hace sólo cuatro años las mujeres no eran miembros activos del Comité Olímpico Internacional (COI); hoy ellas son el 24,4% en el COI.
Tratándose de funcionarios de decisión y dirección del deporte, directores, entrenadores y jueces especialmente, la participación de la mujer es casi nula a nivel mundial en todos los deportes.
“La Agenda Olímpica 2020”, “un rompecabezas de 40 piezas “que promueve la igualdad de género y el incremento de la participación de la mujer en el deporte, lograría que en Tokio 2020 se alcance prácticamente la igualdad de género en el número de atletas participantes.
De los diez atletas que representan los valores del Movimiento Olímpico de las Américas, presentados por Panam Sports en los Juegos de Lima 2019, la mitad son mujeres, que personifican a los más 300 millones de mujeres de Latinoamérica: la peruana Alexandra Grande, Paula Pareto (ARG), Briana Williams (JAM), Yulimar Rojas (VEN) y Mariana Pajon de Colombia.
Para la mayoría de las deportistas la llegada a la disciplina del deporte a su vida, las ha cambiado notablemente; empero detrás de sus triunfos internacionales, existen múltiples privaciones no solamente materiales antes de ascender al podio, sino en sus vidas personales.
El proyecto que desde 2016 se ocupa de la próxima generación de mujeres es la iniciativa “
One Win Leads to Another” (Una victoria lleva a otra), un programa de empoderamiento de las mujeres y las niñas a través del deporte.
“No obstante, todavía hay un largo camino por recorrer antes de ver una igualdad total en el mundo del deporte. Las niñas y mujeres en todo el mundo obtienen menos oportunidades, menor inversión, capacitación y seguridad cuando practican un deporte”, indicó ONU mujeres, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer.
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@luforero4 |