|
Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista enSaluderecho
|
El 26 de julio de 2021 el Perú celebrará un día glorioso -200 años de independencia-, y el Plan Bicentenario busca acabar los problemas que afectan al país.
El Plan, elaborado durante 2009 y 2010 por el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), organismo público adscrito a la Presidencia del Consejos de Ministros, fue aprobado por Decreto Supremo Nº 054-2011-PCM. El Plan lo diseñó y comenzó a desarrollar este gobierno, y lo ejecutará en más del 90% el presidente que se posesione el 26 de julio de 2016, escogido de las decenas de candidatos que aspiran arribar al Palacio Gobierno. Ambicioso sí es el Plan Bicentenario, y que se pueda cumplir también, no en vano el Perú es de las economías más destacadas de las Américas.
Componentes del Plan
El Plan contempla seis objetivos nacionales: 1º. derechos fundamentales y dignidad de las personas; 2º. oportunidades y acceso a los servicios; 3º Estado y gobernabilidad; 4º economía, competitividad y empleo; 5º desarrollo regional e infraestructura, y recursos naturales ambiente.
Finalidad del Plan Bicentenario
En 2021, según ese Plan, serán del pasado los problemas del Perú, como la falta de vías de comunicación, inseguridad, alta informalidad laboral, y la corrupción sería tema de historia patria.
El derecho fundamental a una vida digna, es quebrantado en el país al 22,7% de la población que sigue en la pobreza, unos 6 millones 995 mil peruanos, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). En materia de “oportunidades y acceso a los servicios”, hace poco más de un año el Banco Mundial constató que respecto al área de la salud, la cobertura universal de niños-as peruanos “está aún lejos de serlo.”.
En cuanto a empleo el Perú es de los países más informales de las Américas. Respecto al desarrollo regional, a todas las regiones no llega el progreso.
Finalmente, los recursos naturales se agotan cada vez más rápido en el planeta, incluido el Perú, donde el Estado solo recibe una ínfima renta por la explotación de los mismos, dejando de un lado la protección al medio ambiente.