Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en |
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Se van a cumplir diez años en que el Congreso Unicameral de la República del Perú le dice al plástico, ¡Amanecerá y veremos¡; porque rechaza, archiva o simplemente no debate proyectos de ley presentados con el objeto de regular el uso del plástico en este país. Sabrá Mandrake porqué el Poder Legislativo en los dos últimos quinquenios, no ha facilitado la discusión y aprobación de una ley en ese sentido.
En el Perú y en todo el mundo, el plástico es un material que se usa para casi todo; y poco o nada se deja en el contenedor amarillo destinado a este tipo de material; sino en sitios no apropiados. Esa bolsita que abandonamos como basura por todo lado, tardará alrededor de 700 años en degradarse. La ciudadanía en general, y por supuesto los sectores público y privado, no se concientizan del perjuicio que le hacen al planeta mediante el abuso en el uso del plástico. Se utilizan bolsas plásticas para empacar desde una aguja hasta un elefante; “por ejemplo, las bolsas muy pequeñas que rápidamente van al tacho de basura”, señaló el Ministerio de Ambiente.
Todos obsequian bolsas de plástico; la tienda por departamento, bodegas, panaderías, comercio, abarrotes , puestos de fruta, etcétera. Como todos recibimos bolsas para todo, el ejemplo cunde para que “otros hagan lo mismo y son influenciadas por las preferencias del entorno”, señala el Banco Mundial (2015).
A veces en vez de rechazarla, intuitivamente el ser humano termina recibiendo la bolsa regalada; y lo peor, pagándola, porque nada es gratis en la sociedad de consumo. El sector plásticos mueve millones de dólares aquí y allá. En Perú los analistas económicos estiman que la producción d plástico podría crecer 5% este año, o más.
Esa fiesta se la podrían aguar al eslabón del plástico; pues como se intenta hace una década, nuevamente bajo este gobierno se ha anunciado que “se viene elaborando una propuesta de ley para minimizar y regular el uso del plástico en el Perú”. Para este efecto se vinculó a toda la cadena productiva, desde la fabricación hasta el uso del plástico: sector privado, sector público, academia, especialistas, y sociedad civil, que terminarán redactando un proyecto de ley que regularice su uso, para que el gobierno lo someta a consideración del Congreso de la República.
Una de las propuestas, es la de crear un Impuesto Nacional al Consumo de Bolsas Plásticas, que se causa cuando se traspasa una unidad con una dimensión mínima de 30×30 cm, para llevar productos vendidos por el establecimiento comercial que la entregue. Aunque esta medida se podría controlar en tiendas y cadenas de almacenes; y en efecto baja el consumo de plástico, en las medianas y pequeñas unidades de ventas es imposible. Aquí entra en juego un impuesto presuntivo a pequeños comerciantes. Más importante que lo anterior, debe imponerse el buen juicio del consumidor: reutilizándolas, evitándolas, reduciéndolas, desestimulando su uso, o llevar bolsas de tela o cajas de cartón.
Hasta hoy las autoridades ambientales de turno, el único esfuerzo que hacen para racionalizar el uso del plástico, se limita a “encabezar distintas actividades” al menos una vez al año, donde se contratan payasos para hacer ruidos en vías públicas, en contra del uso de ese material. Un Perú Limpio en todo, es la meta de este gobierno; que en cuanto a residuos sólidos, ya se prometió que “moverá al país hacia una industria moderna del reciclaje”, jamás vista. Los residuos, junto con el transporte, industria y energía, polvo, prácticas agrícolas y energía en vivienda, son las fuentes de la contaminación del aire (OPS/OMS Honduras). Lima y Callao, y en Ica, particularmente sufren mucho por el mal manejo del plástico; por su cercanía a la costa.
@luforero4
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