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Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en
Saluderecho
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En las recientes calamidades naturales ocurridas en Colombia, donde en un momento cobraron más de 250 vidas humanas; o las sucedidas en el Perú, país que en las últimas semanas de intenso invierno ocurrieron mas de 90 muertos, no existía un plan de restauración antes de, pese a que en el caso colombiano las autoridades habían sido advertidas sobre el peligro que corrían los habitantes de la rivera en el municipio de Mocoa, capital del sureño departamento del Putumayo. En ambos acontecimientos luctuosos, las comunidades tampoco habían sido entrenadas en la manera de enfrentar eventos tan devastadores.
Aunque dos reconstrucciones no son iguales, sea que por prudencia se adopten las medidas antes de.. o después de.., las mejores lecciones deben ser tomadas de los países que han sufrido tragedias similares. Es necesario un “intercambio de conocimientos sobre qué medidas han dado resultados y cuáles no han sido efectivas durante desastres sucedidos previamente”, anota el Banco Mundial, que pone de manifiesto que “los momentos después de una catástrofe son críticos”, agravándose en algunos países por la falta de políticas sobre el particular o demora en las decisiones.
Con ninguna medida por ahora se puede afirmar que no volverán a suceder desdichas tan lamentables, sí “podemos aprender de cada evento de modo que cuando reconstruyamos, reduzcamos las vulnerabilidades ya identificadas ", anotó Francis Ghesquiere, director de la Secretaría del GFDRR. (Fondo Mundial para la Reducción y Recuperación de Desastres). Por el contrario, “se teme que esta tendencia de aumento de los desastres se intensifique con el futuro cambio climático”, se dijo en Washington el 8 de marzo de 2011.
« Para Jo Scheuer, coordinador del PNUD, “Los desastres ocurren porque el desarrollo no funcionó". En los sucesos de Mocoa (Colombia), la mayoría de viviendas arrasadas por la avalancha, estaban situadas en lugares de alto riesgo, como cuencas y riberas de los ríos. »
En Regiones tan apartadas como en la que sucedió la desventura en Colombia, las autoridades locales no cuentan con equipos entrenados de rescate, por lo que es común que se improvise en esta materia, así como a la atención de los sobrevivientes, referente a alimentos, agua, medicinas, albergues y equipos. En estos eventos la mera solidaridad y ayuda internacional se presenta recién sucedidos los hechos, pero a veces no llega realmente a los necesitados. Después otras noticias opacan el drama de muchos seres que duran varios en años en recuperarse.
La mayoría de las víctimas en Colombia y el Perú perdiéndolo todo, además de tener la calidad de invasores de los terrenos en que levantaron sus casuchas, no tienen fácil acceso a créditos del sistema financiero, y comúnmente son víctima de trata de personas, aprovechando la situación.
Para evitar demoras innecesarias durante el delicado proceso de recuperación y reconstrucción, en el cual deben estar involucrados los gobiernos locales y comunidades afectadas, el Banco Mundial señala que “es importante clarificar las responsabilidades y la rendición de cuentas”.
La reconstrucción habitacional y de los sistemas de agua y saneamiento, en el Perú iniciará hasta el 1 de enero del 2018, según indicaron fuentes del Ministerio de Vivienda; aunque eso no significa que en lo que resta del 2017 vayan a estar con los “brazos cruzados”.
@luforero4