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BLOG BUSCANDO AMÉRICA: Robo de combustible, fugaz llamarada en América Latina

Con el pretexto de llevar un poquito de gasolina para prender la cocina, por decenas de años en ciertos países de centro y sur América empezó el robo de combustible.

En el Perú el gasolinazo o robo de hidrocarburos, en la que han estado involucrado personal militar y de policía,  se efectúa a través de perforaciones a los oleoductos que transportan el precioso combustible.
En el Perú el gasolinazo o robo de hidrocarburos, en la que han estado involucrado personal militar y de policía, se efectúa a través de perforaciones a los oleoductos que transportan el precioso combustible.
 

Por: Luis E. Forero Medina  Abogado/Especialista enSaluderecho


Con el pretexto de llevar un poquito de gasolina para prender la estufa, por decenas de años en ciertos países de centro y sur América empezó el robo de combustible (gasolina y diésel); ahora dirigido por bandas  criminales.

Al comienzo  esa conducta no era punible en la mayoría de países de la Región, y era dirigida por pocas personas; generalmente conocedoras del modus operandi del almacenamiento, transporte y distribución del combustible.

Con el tiempo además del desangre a las empresas petroleras y la afectación a bolsillos de particulares cuando  supuestamente se presenta en el mismo tanqueo de vehículos automotores, se evidenció la gravedad del hecho, por colocar en  riesgo no solo la propia vida de quienes participan en el robo de combustible,  sino la de la comunidad en general y del medio ambiente. A finales de enero de 2019, cerca de un centenar  de  personas murieron y otras tantas quedaron heridas en una explosión en una toma clandestina de combustible en un ducto de la petrolera estatal mexicana Pemex.

La chispa es admirable a la hora de participar en ese lucrativo “negocio”,  sumamente atractivo para los compradores del combustible al detalle, menudeo o en pocas cantidades; vendidas a precios inferiores a los oficiales. En Puebla, México, los huachicoleros son vistos como unos Robin Hood.


 
El  método más utilizado  para robar combustible  son las tomas clandestinas de poliductos, a base de excavaciones conectadas a válvulas de cierre rápido, que surten contenedores de plástico reforzados con estructura metálica; que son embarcados  a un vehículo automotor, a veces robado.


El combustible substraído es conducido  por los 'rieleros', que  adaptan artesanalmente  motocicletas a las  vías del tren que pasan por  un poliducto. Otro sistema consiste en ingresar subrepticiamente  en camiones a las refinerías y extraer la gasolina de los camiones cisternas que despachan. En otras ocasiones, el combustible es hurtado indistintamente de  camiones en
movimiento o estacionados.

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No fue una sorpresa la participación en el robo de combustible  de funcionarios de  petroleras; en México la Policía Federal y en Colombia la Fiscalía General de la Nación y la Policía de Colombia adelantan investigaciones al respecto en las que están involucradas  en  ese punible personas que trabajaron por varios años en  empresas petroleras.

Con la cooperación de ingenieros en nómina de una prestigiosa empresa colombiana;   aprovechando el control y conocimiento que tenían de una planta  extraían combustible directamente de los tanques de almacenamiento; para ser  desviado el producto a estaciones de servicio de venta al público. En México por esta modalidad de comprar clandestinamente el hidrocarburo, a principios de este año fueron selladas decenas de estaciones de servicio.



Los sitios más llamativos de quienes roban combustible son tramos de difícil localización a lo largo del sistema de conducción y en zonas en despoblado.

Cuando la cantidad de combustible robado supera las expectativas criminales, lo almacenan temporalmente en inmuebles con apariencia de residencia en las que se ha establecido que “ llegaban diariamente los conductores a tanquear sus automotores”, dijo la Policía colombiana.

Siguen “jugando con fuego” en   Colombia, México,  Costa Rica,  Guatemala y Honduras ; por lo que adicionalmente se recurre a las comunidades por donde pasan los ductos para disuadirlas a fin de que denuncien el ilícito, y  advertirles a ellos mismos del peligro de la manipulación del poliducto.  Atribuibles a la defraudación a las petroleras por esa causa, en Honduras al comienzo de este año se presentó un aumento indiscriminado de los precios de combustibles; y en México para la misma época corrieron rumores de desabasto. En este país centroamericano a comienzos de año la secretaría de Gobernación de México solicitó  al Congreso que legisle para que el sistemático robo de combustibles sea categorizado delito grave y los acusados afronten el proceso penal en prisión preventiva. En Venezuela no se presentaría robo de combustible, sino el contrabando, llamado pimpineo.


 
Para contrarrestar esa fuga por lo general las autoridades no toman medidas oportunas; y por mucho tiempo no funcionaron alarmas para detectar el robo de combustible; sólo lo sospechaban cuando  bajaba la  presión, o se presentaba un fuerte olor o estallido.


Las naciones afectadas  refuerzan la seguridad física a instalaciones petroleras; y  las compañías implementan  nuevas técnicas de distribución de combustibles con medios de transporte más seguros; verifican constantemente  los sellos de seguridad de las válvulas del tanque cisterna;  marcan los hidrocarburos, etcétera.

La estatal colombiana Ecopetrol desarrolló un novedoso sistema de esferas y elementos geométricos que se introducen en los poliductos, con el propósito de obstruir las perforaciones ilícitas. En Perú una empresa  ofrece un blindaje, consistente en la colocación interna de válvulas inteligentes en cada tanque de combustible; esta válvula tiene la función de dejar ingresar el combustible pero evita que salga, señalaron.

Las cifras sobre robo de hidrocarbutos  son imposibles de establecer en los países donde ocurre; Petróleos Mexicanos (Pemex) en el período 2009-2012, tuvo pérdidas por 62 mil 761 millones de pesos (US $3 mil 291 millones, Q24 mil 123 millones), debido a fugas y hurto de derivados de petróleo, indica el medio digital Animal Político.

Las medidas de agravamiento de las penas por ese hecho punible no han sido suficientes para apaciguar ese delito. En Colombia  con el fin de  combatir el robo de combustible, se expidió  la Ley 1028 de 2006, que  prevé penas de 10 a 15 años de prisión con extinción de dominio;  agravadas según el artículo  51 de la  Ley 1142 de 2007. México que copio esta medida,   en 2016  consagró como delito esa conducta ilícita al promulgar la  llamada   ley “antiordeña”,  expedida  para combatir el  'huachicoleo',  que es penado  de 15 a 25 años de prisión.

En Perú el  gasolinazo o robo de hidrocarburos, en la que han estado involucrado personal militar y de policía,  se efectúa a través de perforaciones a los oleoductos de Petroperú, Savia Perú, Petrobras Energía Perú, Interoil Perú, Graña y Montero Petrolera, Sapet, Development Perú, Petromont y Unipetro.  

Los derrames de petróleo, ataques y paralización al Oleoducto Nor Peruano, el más largo de Perú;  ha llevado a cuestionar su funcionabilidad; dicen que “ya no da más", sosteniendo  que  si   “para esto el Perú gastó US3,000 millones en una refinería entregada a un postor único?”, agregando que “con esa suma no habría anemia ni tuberculosos en el país”.
 
@luforero4



 
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