Presidentes Ollanta Humala y JUan Manuel Santos
 

Actualmente funcionarios gubernamentales peruanos, a lo largo de un  recorrido por el río Putumayo que nace en  el Nudo de los Pastos en Colombia,  comprueban personalmente el descuido oficial en que  ambos países tienen a la Amazonía rural, donde no hay ni Dios ni ley; supuestamente el imperio allí es de los ilegales, como  traficantes de drogas y madera, y grupos al margen de la ley.

Los más perjudicados por el abandono de sus territorios son los pueblos indígenas tikunas, secoyas, omaguas y huitotos.

Uno y otro país, y gobierno tras gobierno firman acuerdos, que contemplan  el intercambio en varias áreas en las fronteras de las dos naciones. Actualmente se desarrollan seis Convenios, empezados a ejecutar a principios de  este año, relativos a educación, deportes, integración fronteriza, gestión pública y planeación nacional.  

En la Amazonía, el  “pulmón del mundo”, el Estado colombiano por años ha pasado desapercibido, al punto que “su infraestructura vial es ínfima y además, cuenta con muchos municipios, caseríos y poblados que no tienen los servicios sanitarios básicos”, indica la Universidad del Rosario de Bogotá.

El gobierno peruano en una carrera contra reloj,  corta cintas para poner en funcionamiento obras en Bagua, Bongará,  Yambrasbamba,  a donde  recién llega   servicio de agua potable, alcantarillado, polideportivos y disposición sanitaria de excretas y de aguas grises. Sin embargo, esos servicios y otros se siguen aplazando para  miles de familias de la Amazonía rural. Posiblemente   al final del próximo quinquenio presidencial,  dispondrían de  servicios de agua segura con sistemas de captura de agua de lluvia, como propone el presidente electo Pedro Pablo Kuczynski.

Como una medida de emergencia, antes del 7 de noviembre de este año, cuando PPK cumpla los primeros cien  días de su esperado mandato, se instalarán en unas 20 zonas de la Amazonía rural peruana, tanques familiares de 500 litros, suficientes para suministrar  agua potable las 24 horas del día.

El compromiso es que los pobladores de la zona fronteriza, vivan mejor, porque la realidad es que hoy mueren niños y niñas  por falta de vacunación infantil en la Amazonía Rural, una de las zonas con  las tasas más altas de   atraso en el mundo.

En ejecución de las jornadas binacionales que  completan una década, los visitantes  recorren las riberas del Putumayo a lo largo de  sus 1,532 km, con el fin de visitar a las comunidades de 117 poblaciones de los dos países, que reciben   cada año  servicios de salud, educación y nutrición. La cruzada colombo-peruana que termina el  18 de julio en Chimbote, (Perú), siempre disfrutad del tour  del Putumayo, cuyas aguas terminan en el río más caudaloso del mundo -el Amazonas-.