Por: Esteban Saldaña Gutiérrez - Ingeniero Industrial

Una nueva página se abre en el libro de nuestra historia. La derecha corrupta y cobarde, encarnada ahora en la señora K, ha perdido estas elecciones y con ella todos los grupos de poder y mediáticos que han gobernado este país con la punta de los zapatos.

Como lo dijo ayer la cabecilla de la organización criminal, frente a sus fanatizados áulicos, que no pierde la esperanza que los resultados se reviertan. Muy difícil, muy complicado. El poder electoral ha demostrado independencia y valentía, a pesar que las mesnadas lobotomizados han mostrado las garras y colmillos, azuzado obviamente por la señora K y su pléyade de incondicionales interesados.

Estas elecciones nos han demostrado que los grupos de poder, los llamados dueños del Perú como los definía Carlos Malpica, no han cambiado desde que el Perú es una república.

Allí está el Mariscal Torre Tagle, a quien hasta ahora le rendimos pleitesía. Allí está el general Echenique, que hasta tiene una calle en el centro de Lima. El general Mariano I. Prado, el primer presidente desertor, ladrón y cobarde. Luego "El Califa", Nicolás de Piérola, a quien el abuelo paterno de Mario Vargas Llosa, huancavelicano por si no lo saben, seguiría en sus correrías antidemocráticas...y así puedo seguir enumerando....

De ese linaje, de esa causa política proceden las personalidades políticas, sociales e intelectuales que ahora apoyan sin rubor alguno a la señora K. Como si la señora K fuese la dichada de valores, la bienaventurada de causas justas, la adornada de gestos democráticos. No, es todo lo contrario, representa el lado más oscuro y macabro de nuestra sociedad.

Allí la tenemos, aferrada con todas sus fuerzas a la gran mentira que en estas elecciones hubo fraude y con ello pretende revertir y torcer la voluntad del pueblo. No lo logrará. La señora K se está jugando su última carta, por ello su desesperación. Está en juego su libertad, la libertad de su padre, hermanos y tíos.  Y en esta aventura vergonzosa y temeraria no está sola.

Que salgan de sus cavernas los almirantes Cueto y Montoya a desconocer el triunfo del profesor Castillo es entendible, por su ignorancia en materia política y que les costará cuando menos un proceso penal. Pero de allí a que salga Ibérico a enlodar su limpieza cívica hay una diferencia abismal. Que salga el ubicuo Castagnoli a defender a una corrupta no sorprende, pero de allí a que salga un tribuno (sic) a compartir su peregrina tesis, hay un abismo. Que salga Lourdes Flores Nano, si la de los "potoaudios", a ponerse al lado de la corrupción se explica. Que "Vitocho" esté en esa línea, bueno pues....pero de allí a encontrar a un Pedro Cateriano en la línea de la señora K nos dice que estamos frente a una grave crisis moral e histórica y por ello mismo afirmo que seguimos siendo gobernados por una triada de pusilánimes y traidores, igual que antes, igual que siempre.

El pobre y la rica.

El acceso al poder de parte del profesor Castillo nos renueva la esperanza que el Perú ingresará a una nueva etapa de su vida republicana, la que nos debe llevar por el camino de la honestidad, de la igualdad, de la genuina democracia. No más pobres en un país rico, como siempre nos recuerda el profesor.

Una invocación a quienes llevaran los destinos de nuestro Perú. Cumplan con sus promesas, con sus ideales, con sus proyectos. Una traición más - y digo más, porque no olvidamos el certero puñal de Humala - y el pueblo seguramente tomará justicia.

¡Viva el Perú!

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