Por: David Auris Villegas - Escritor/Pedagogo davidauris@gmail.com |
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Al enterarse en los márgenes amarillos de las noticias periodísticas, la existencia de su aristócrata y enigmático apellido, despabilándose sobre su cómoda, se acostó abstraída e incrédulamente feliz.
Al despertar, soberbiamente hermosa acarició por última vez, las imágenes de su inconmensurable belleza alojada en los aterciopelados retratos, desafiando a la eternidad.
Al atardecer, exacerbada y sin explicar alguna argumentación a nadie, ligero de equipaje, abandonó su lujosa y longeva mansión y emprendió la extraordinaria búsqueda a través del tiempo.
¿Acaso era una mujer sin identidad? Dicen que, hasta hoy; aunque reconocible a simple vista por la increíble belleza de sus ojos esmeraldas; sin desfallecer, continúa buscando, la última sílaba de su oculto y célebre apellido.
@davidauris |
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