Tras 10 años de permanente lucha
algo se ha logrado al menos, el cese por límite de edad de
Alejandro Lévano Ávalos, director del ex glorioso José Pardo de Chincha.
Los aportes de
Huachos.com y el diario regional Exitosa, y las valientes denuncias del profesor Ange Chacaltana, determinaron la salida, mil veces cuestionada, de Lévano Ávalos.
Si es que no se abre una exhaustiva investigación contra Alejandro Lévano Ávalos, por la secuela de denuncias que evidencia la comisión de delitos administrativos, civiles y penales, su cese es una burla al pueblo chinchano que ha pedido la sanción ejemplar, para este directivo. Se trata de un maquillaje o dorado de píldoras, para engañar al pueblo con cinismo. “Algo es algo como dijo el diablo llevándose a un cura”.
Por la incapacidad y ceguera administrativa, además de la complicidad, de la Directora Regional de Educación de Ica, y la timorata y mediocridad de la Directora de la UGEL de Chincha, la corrupción continúa vivito y coleando en Chincha, como si nada pasara. Y, el Ministerio de Educación feliz y contento.
Alejandro Lévano Avalos conforme se ha demostrado con fotografía y videos sigue cometiendo infracciones inaceptables y condenables. La borrachera, la agresión y amenazas de este mal director que se va, no necesita tantas reverencias y explicaciones, porque las pruebas están a la vita. Lo que pasa es que a los funcionarios de educación les tiemblan las manos o son parte de la corrupción.
Ante ilícitos seguidos por los profesores Orellana y Ramos, víctimas de la injusticia, que son fulminantes y precisos, los directores de la UGEL de Chincha, prefirieron el silencio y la complicidad y el contubernio.
La corrupción educativa en Chincha no es ninguna novedad. Se trata del imperio de una mafia que domina todo y hace lo que quiere anidándose en Chincha. Hace muchos años que se denunció que Chincha era el imperio de la mafia, donde se había institucionalizado la corrupción, en lo que están metidos incluso el Poder Judicial, la Fiscalía, y el aparato administrativo en su conjunto.
La red mafiosa tenía el control educativo de Chincha. El reclamante por donde iba salía perdiendo. Lo sinvergüenzas y corruptos siempre tenían la razón.
Se ha llegado al extremo insólito que la mafia educativa chinchana,
se daba el lujo de colocar directores de la UGEL y festinar sus cambios, si es que no se alineaban a sus intereses y caprichos.
La moralización en Chincha es letra muerta. El caso del colegio Pardo, no institución educativa, como los mediocres hacen gala mencionándolo como novedad, es solamente una pequeña muestra de todo un engranaje de corruptela. Es la evidencia de que
la directora de la UGEL de Chincha,
da pena por su incapacidad, tolerancia punible, y convivencia criticada y deleznable.