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Por: Eucadio Gutiérrez Solano Profesor/Periodista
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Algunos economistas desnudan el emporio de los multimillonarios catalogando como “el capitalismo salvaje”, que solo se preocupa por su bienestar no interesándole el hambre del pueblo. Por su parte el gobierno vive con la plata de los inversionistas sean grandes o pequeños. Tanto los capitalistas como el gobierno persiguen los mismos fines: la plata.
Se nutren mediante un solo cordón umbilical, aunque ese conducto envenene al pueblo y padezca de los más elementales servicios. Ambos viven de la cosecha sobrehumana que se hace en el territorio nacional. Ayer los españoles mataron a nuestra gente explotando las minas. Hoy, de lo misma forma, con cuentos y subterfugios, hacen lo mismo como en la época colonial, en que los nativos murieron extrayendo y cargando las minas, cuyos cadáveres se encuentran en los caminos y en los sitios de la explotación minera.
En el año 2004, la empresa minera Milpo entró a Chavín ofreciendo “el oro y el moro”, con los dólares en los bolsillos, prometiendo incluso bajar las estrellas como aquellos enamorados, y repartiendo billetes de color verde ante cualquier pedido.
Pasaron algunos meses, como el caso de los recién casados, entonces vino las penurias y la luz de la realidad se abrió. Los empresarios desaparecieron y la plata ya no llegó a su destino y los pueblos más alejados empezaron a reclamar. Por entonces confiaron en sus dirigentes.
Pero éstos, al cabo de poco tiempo, dejaron de luchar por los intereses de la comunidad, porque cambiaron su conciencia al ver los dólares y volverse millonarios. Los años fueron pasando el cambio que debía producirse en el pueblo no se hizo realidad; pero los dirigentes, en un abrir y cerrar los ojos, aparecieron con muchas propiedades, con camionetas de último modelos, sus familiares empezaron a trabajar en la mina, comenzó entonces a formarse núcleos familiares que traicionaron a su pueblo y se convirtieron en voceros y aliados de la empresa minera.
Los que trabajaban en la mina recibían utilidades anuales entre 40 a 60 mil soles. De manera, que ser dirigente resultó un buen negocio, además de las coimas, ellos colocaban a sus familiares en los puestos de trabajo. Aparecieron, entonces, los defensores acérrimos de la mina, en las asambleas comunales gritaban a favor de la mina, y éstas todos fueron maquinados y dirigidos, por intereses creados, marginado al pueblo con olímpicos engaños. Se sometían a votación en momentos cuando se retiraban la mayoría de los reclamantes, pero soterradamente los defensores de la mina como hienas salvajes, esperaban, que el león deje su presa, por momentos, para ellos acabarlos y acordar lo que más querían, o lo que habían coordinado con la mina.
Así, de manera más sucia, se consumó la venta de tierras en la comunidad campesina de Chavín. Cuando los comuneros se dieron cuenta del ardid tramado, los documentos ya se firmaban en una notaría, estafando a los comuneros; claro, el negocio habría tenido un costo y beneficios, pactado con anticipación.
Nueva camioneta, terrenos, propiedades, trabajo estable para familiares, obras por impuestos, servicios a la mina y otros beneficios se lograron observar. El pueblo fiel testigo de la cruda realidad solamente le quedaba lamentar y rumiar sus penas, masticar sus dolores. Es entonces que el pueblo se divide, y la lucha empieza a tener más fuerza.
A la mina y a los dirigentes le llega al huevo la protesta del pueblo, pues cuenta con el apoyo de dirigentes dentro de la mina como afuera, y posee un contingente fuerte conformado por sus familiares, como pumas encrespados aguardan cualquier embestida para apagar el fuego. La corrupción es bárbara y abarca a todos los extremos y mata y convence a los dirigentes que reclaman, que caen en sus garras por codicia y ambición, traicionando a su pueblo.
Al fin al y al cabo, ya no son 2 los que explotan al pueblo, los que trafican con los intereses del pueblo, sino ahora suman 3 socios que tapan la boca de los reclamantes, a quien para el colmo se le acusa de antimineros, de rebeldes, o hasta de terrucos, que de terrorismo no sabe nada el pueblo, por lo menos la agente de Chavín.
En el presente año un grupo de moradores le solicitó a Milpo que les proporciones 2 wáter para el servicio higiénico del nuevo caserío de ASYSPA. Hasta la fecha ese minúsculo pedido no ha sido tomado en cuenta. En dicho lugar no hay un servicio higiénico. Los moradores pensaban hacer uno provisional. Dónde hacen sus necesidades las decenas de personas que constantemente viajan a ese lugar. Vinos casos terribles de necesidad biológica. A la mina ni a los dirigentes les interesa un pepino que los niños y las mujeres hagan su necesidad detrás de las piedras o montes. Es el típico ejemplo del capitalismo salvaje, del gobierno y de los malos dirigentes. Hablamos con pruebas.
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