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Por: Eucadio Gutiérrez Solano Profesor/Periodista
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Hace varios años que el pueblo chavinero viene denunciando toda una secuela de corrupción que reina en el distrito andino de Chincha, ubicado a unos 80 Km al interior. Los comuneros se han cansado en denunciar que una especie de banda -horrorosa, asquerosa y corrupta- maneja al pueblo chavinero a su antojo y tiene confrontado en 2 bandos irreconciliables. Esto sucede con la llegada de la Cia. Minera Milpo, en el año 2004. Antes había unidad y confraternidad entre los comuneros. Ahora el enfrentamiento es atroz. Las denuncias son diarias y públicas.
En asamblea pública de los comuneros llevados a efecto el 4 de marzo del 2018, y en las anteriores reuniones masivas, el pueblo clamó por la defensa de su patrimonio territorial. No la venta de sus tierras.
De otro lado, sus dirigentes fueron severamente cuestionados por hacer mal uso de los dineros de la comunidad. Cerca de 150 millones de soles habrían sido despilfarrados por los malos dirigentes.
No obstante, a los millones que recibe el distrito por 2 fuentes: comunal y municipal, el desarrollo del pueblo sigue estancado. Salvo algunas excepciones minúsculas.
A los malos dirigentes según las denuncias de los comuneros, no les ha interesado en absoluto la defensa de su patrimonio territorial, ni mucho menos el desarrollo del pueblo, más bien dicen, son los sepultureros de la moral y de las buenas costumbres, dando énfasis y prioridad a la corrupción, pilares en que se sustentan inverosímilmente, los cuestionados líderes.
En la reunión del 5 de agosto último llevados a efecto en Pueblo Nuevo, previa convocatoria, del secretario de la Comunidad Campesina y del presidente del Comité de Lucha, los asistentes consternados escucharon cómo los malos dirigentes venían actuando delictivamente, que con total desparpajo hacían lo que quería en el seno de la comunidad, no importándoles la moral y la honestidad. Los inicuos dirigentes habían convertido la comunidad en su chacra, pues entre ellos se repartían miles y miles de soles, que corresponde a todos los comuneros, según pudimos escuchar los informes dados por los convocantes de la asamblea.
Lo grave del hecho es que estos malos dirigentes habían negociado la venta de una Ha de tierra de la comunidad, adulterando la asamblea del 4 de marzo, cuando los asambleístas, en su mayoría, habían abandonado por efecto de la lluvia. Pero, además de este aberrante caso sucio y macabro contra la comunidad, se supo después que dichos dirigentes en realidad habían vendido más de 600 hectáreas de tierras comunales, en la jurisdicción de Huirpiná, y no una hectárea, según informó con documentos David Chuquispuma Peve, presidente del Comité de Lucha.
El distrito de Chavín parece ser una isla donde la corrupción se ha enquistado y todo indica tener la protección gubernamental, porque las denuncias y más denuncias quedan encarpetadas. Los comuneros en su mayoría consideran que una poderosa mafia estaría dominando la corrupción en el distrito de Chavín, y que estaría dirigido por la minera Milpo. Preguntan los comuneros, ¿quién protege tanta impunidad? ¿Los millones y millones de soles en poder de quienes están?, arguyen los comuneros.
Según las denuncias diarias que se hacen por radio y televisión la corrupción en Chavín es bárbara. Los dirigentes ahora son dueños de maquinarias pesadas, prestan servicios a la mina, y son favorecidos con obras por impuestos. Los familiares de los ellos están colocados en buenos sitios y algunos se han vuelto millonarios. Increíble, pero cierto.
Urge, pues, que el gobierno tome cartas en el asunto, y se investigue tanto a la municipalidad distrital como a la Comunidad Campesina de Chavín, donde se pisotean loas normas y desaparecen los millones, en un abrir y cerrar los ojos. No se puede permitir que unos 150 millones de soles se hayan despilfarrado, y se sigue como si nada pasara.
Continuaremos...
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