Hace poco Oswaldo Ríos Almeyda, en una revista local en la que contribuimos alguna vez y nunca le lanzamos escupitajos, nos descargó todo su odio y maledicencia. El delito es haber escrito la Monografía de Chincha y ser cholo, quizás cholo barato. El que nos enrostra biliosamente su fobia y saca nuestros ojos es el abogado y profesor Oswaldo Ríos, con síntomas del complejo de Adán y otras patologías graves.

Hace varios años este profesional, frustrado -tal vez- como docente y en las leyes, viene despotricando contra nuestro trabajo de investigación, buscando cinco pies al gato y creyéndose un sabio en la materia derramando odio y miseria.

No queremos descender a la ofensa ni a la diatriba para responder como lo hace él, con mucha mezquindad.

A lo largo de 40 años encontramos en el camino todo tipo de obstáculos. Grandes y pequeños. Hallamos ofensas y calumnias, por doquier, de personajes que padecen del síndrome de historiatitis. A pesar de todo el lodo lanzado contra nosotros seguimos de pie. Pero también en ese tiempo hubo ciudadanos de corazón bondadoso y honorable, que nos abrieron las puertas y brindaron su apoyo. Uno de ellos fue don Luís Cánepa Pachas, maestro, amigo y colega que partió a la eternidad, con la humildad y sencillez que les caracterizó, jamás enloquecido ni trastornado.

Oswaldo Ríos congestionado por la envidia y maldad, demostrándonos una extraña patología puntualiza: “Para terminar esta nota crítica sobre la obra (,) en borrador (,) de Eucadio Gutiérrez (Solano), en realidad resulta sorprendente que un hombre con tantos lauros, periodista con “tinta en las venas”, distinguido con dos Palmas Magisteriales con los Grados de “Educador” y “Maestro”, premiados por varias municipalidades de nuestra provincia, autor de varios libros, nos quiere meter gato por liebre, (;) su trabajo adolece de muchos errores no solo de ortografía, sino cronológicos y de conceptos…”.

Termina diciendo el apóstata con furia y saña: “Estas son pues barrabasadas que no deben repetirse. Así mi estimado Eucadio, no puede Ud. ocupar el “vacío” dejado por don Lucho Cánepa, si siquiera el de “Jorgito”, folclórico personaje chinchano fallecido hace años”.

 

 

 

 

 

 

“Lo que refleja la mediocridad intelectual y el odio cavernario contra un docente como es Eucadio Gutiérrez Solano, es este personaje de pocas neuronas, que se cree el más más, se trata de Oswaldo Ríos Almeyda.”

 

 

Está claro el fin “cainezco” de Oswaldo Ríos y el trauma que tiene. El hombre, además, se cree un literato, un sabiondo.

Por lo mismo, el gratuito detractor y autocalificado enemigo  sostiene que la obra “ADOLECE DE MUCHOS ERRORES ORTOGRÁFICOS”, viendo la paja en ojo ajeno, cuando el “erudito” hombre de letras, en una sola página,  ha cometido errores de “tontismo”, pleonasmo, pobreza de vocabulario, bastoncillos y solecismos. Veamos algunos yerros que ningún estudiante de secundaria puede equivocarse bárbaramente, como Oswaldo Ríos Almeyda.

1) Ha repetido 16 veces la palabra “dice” y dos veces “dicho” 2) Seis veces empleó la palabra  “el autor” 3) Ha colocado al término de un párrafo: etc, etc, cuando esto es incorrecto 4) Viola la regla gramatical al poner cuatro puntos suspensivos (….). 5) No toma en cuenta el punto y coma (;), en su escrito, cuando lo necesita. Estos son los errores básicos. !Qué horror! Aquí una vez  más enfatizamos que Eucadio nunca ha hecho alarde de sus títulos, ni mucho menos ha expresado ser literato, historiador o cuentista porque no lo es. Manifestamos nuestra opinión como un simple terráqueo que observa la realidad, así como Martín “El Marciano”;  lectura obligatoria en secundaria para los pensantes, que le recomendamos al abogado Ríos, para que refresque su cerebro..

Sobre Historia y Arqueología qué se puede debatir con un obsesionado y mísero anticholo, siendo cholo, porque incluso en su campo que es letras está perdido. Estar criobilizado en el tiempo y en el espacio es triste. Lo más triste es aún creerse historiador. Toda crítica constructiva bienvenida: pero críticas donde se destila odio, rabia, racismo y refleja bajeza mental es deleznable y repugnante.

En ciencia e investigación tenemos un libro para publicar. Referente a Dios de los Chinchas, hay otra obra esperando ser editada. En lo concerniente a Huancor poseemos material para 20 libros. Para enseñarle al furibundo “crítico” tenemos que llevarlo, de las orejas, de sitio en sitio, para que conozca la historia y geografía de Chincha y del Perú. No nos preocupan los dislates ni los venenos de Oswaldo Ríos; sino que, las acciones letales de este tipo  hacen mucho daño a la historia ancestral de Chincha, porque hay ingenuos que creen y comparten la envidia ponzoñosa de Oswaldo Ríos. Profesor Ríos jamás hemos dicho saber. Somos un pobre aprendiz.

De otro lado, tampoco podemos perder el tiempo escudriñando sobre las “perlas” que tiene el referido lenguaraz en el campo de la abogacía  como en el ejercicio de la docencia.

El gran maestro Eduardo Bernaola Murgueytio  nos recomendaba: “pasa por la m… nunca te ensucies”. Razón tenía Claudio Pizarro para decir que “En el Perú son una m…” Con odios y envidia no se construye nada. Si queremos un Chincha mejor, trabajemos juntos por su porvenir.

N.B.  Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente del autor.