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Ciencia nuclear en detalle: ¿Qué es la radiación y para qué la usamos?

La radiación es energía que se desplaza de una forma que se puede describir como ondas o un conjunto de partículas. Estamos expuestos a ella en nuestra vida cotidiana.
La radiación es energía que se desplaza de una forma que se puede describir como ondas o un conjunto de partículas. Estamos expuestos a ella en nuestra vida cotidiana.

 

 

La radiación es energía que se desplaza de una forma que se puede describir como ondas o un conjunto de partículas. Estamos expuestos a ella en nuestra vida cotidiana. Entre las fuentes de radiación más conocidas se encuentran el sol, los hornos de microondas de nuestras cocinas y las radios que escuchamos en nuestros automóviles.

 

Gran parte de esta radiación no supone ningún riesgo, pero en ocasiones puede afectar nuestra salud. Como regla general, la radiación conlleva menores riesgos a dosis bajas, pero puede suponer mayores riesgos a dosis más elevadas. En función del tipo de radiación se deben adoptar diferentes medidas para proteger nuestra salud y el medio ambiente de sus efectos, mientras aprovechamos sus diversas aplicaciones.
 

 

¿Para qué sirve la radiación?: Algunos ejemplos

 

   

Salud: algunos procedimientos médicos existen gracias a la radiación; por ejemplo, diversos tratamientos contra el cáncer y algunos métodos de diagnóstico por la imagen.
   

Energía: la radiación nos permite producir electricidad, por ejemplo, mediante la energía solar y la energía nuclear.
   

Medio ambiente y cambio climático: la radiación puede emplearse para depurar aguas residuales o para crear nuevas variedades de plantas resistentes al cambio climático.
   

Ciencia e industria: mediante técnicas nucleares que se basan en la radiación, los científicos pueden examinar objetos antiguos o fabricar materiales con características superiores que se usan, por ejemplo, en la industria automotriz.

 

Si la radiación tiene tantos beneficios, ¿por qué debemos protegernos de ella?

La radiación tiene muchas aplicaciones positivas. Sin embargo, como en toda actividad, cuando su uso conlleva riesgos es necesario adoptar medidas específicas para proteger a las personas y al medio ambiente. Se necesitan diferentes medidas según el tipo de radiación: es posible que algunos tipos de radiación de baja intensidad, denominados “radiaciones no ionizantes”, requieran menos medidas de protección que las “radiaciones ionizantes”, de mayor energía. Conforme a su mandato, el OIEA elabora normas para la protección de las personas y el medio ambiente relacionadas con los usos pacíficos de la radiación ionizante.
 

 

Tipos de radiación
 

 

Radiación no ionizante

 

Entre los ejemplos de radiación no ionizante cabe mencionar la luz visible, las ondas de radio y las microondas (Infografía: Adriana Vargas/OIEA).

 

La radiación no ionizante es un tipo de radiación de menor intensidad, cuya energía no es suficiente para arrancar electrones de los átomos o moléculas que componen la materia o los seres vivos. No obstante, su energía puede hacer vibrar esas moléculas y dicha vibración puede generar calor. Así es como funcionan, por ejemplo, los hornos de microondas.

 

La radiación no ionizante no presenta riesgos para la salud de la mayoría de la población. Sin embargo, los trabajadores que se exponen habitualmente a algunas fuentes de radiación no ionizante pueden necesitar medidas especiales para protegerse, por ejemplo, del calor.

 

Las ondas de radio y la luz visible son tipos de radiación no ionizante. La luz visible es radiación no ionizante que nuestros ojos pueden percibir. Y las ondas de radio son un tipo de radiación no ionizante que nuestros sentidos no pueden percibir, pero que podemos decodificar con los receptores de radio tradicionales.
 

 

Radiación ionizante

 

Entre los ejemplos de radiación ionizante cabe mencionar ciertos tratamientos para el cáncer en los que se usan rayos gamma, los rayos X y algunos de los materiales que se emplean en las centrales nucleares (Infografía: Adriana Vargas/OIEA).

 

La radiación ionizante es un tipo de radiación con una energía capaz de arrancar electrones de los átomos o moléculas. Por ende, cuando este tipo de radiación interactúa con la materia o los seres vivos se producen cambios a nivel atómico. Dichos cambios suelen implicar la producción de “iones” (átomos o moléculas con carga eléctrica); de ahí el término de radiación “ionizante”.

 

A dosis elevadas, la radiación ionizante puede dañar las células o los órganos de nuestros cuerpos o, incluso, ser letal. Pero, si se la emplea correctamente a dosis adecuadas y con las debidas medidas de protección, este tipo de radiación tiene muchos usos positivos, para la producción de energía, el sector industrial, la investigación y el diagnóstico y tratamiento de varias enfermedades, como el cáncer. Si bien las leyes sobre el uso de las fuentes de radiación y la protección radiológica son responsabilidad de cada país, el OIEA presta apoyo a los legisladores y los reguladores a través de un completo sistema de normas de seguridad internacionales que tienen por objeto la protección de los trabajadores y los pacientes, así como del público en general y el medio ambiente, frente a los posibles efectos nocivos de la radiación ionizante.

 

La radiación no ionizante y la ionizante tienen diferentes longitudes de onda que guardan relación directa con su energía (Infografía: Adriana Vargas/OIEA).
 

 

Bases del decaimiento radiactivo y la radiación resultante

 

La radiación ionizante puede provenir, por ejemplo, de átomos inestables (radiactivos) que emiten energía para estabilizarse.

 

La mayoría de los átomos en la Tierra son estables, en gran parte debido a una composición equilibrada y estable de partículas (neutrones y protones) en su centro (o núcleo). Sin embargo, en algunos tipos de átomos inestables, la composición del número de protones y neutrones en el núcleo no es la adecuada para mantener las partículas juntas. Dichos átomos inestables se denominan “átomos radiactivos” y se dice que “decaen” cuando emiten energía en forma de radiación ionizante (por ejemplo, partículas alfa, partículas beta, rayos gamma o neutrones). Si aprovechamos y utilizamos esta energía de manera segura, podemos obtener buenos resultados.

 

 

Se denomina “decaimiento radiactivo” al proceso mediante el cual un átomo radiactivo se hace más estable liberando partículas y energía. (Infografía: Adriana Vargas/OIEA)
 

¿Cuáles son los tipos más comunes de decaimiento radiactivo? ¿Cómo podemos protegernos de los efectos nocivos de la radiación que emite?

 

Dependiendo del tipo de partículas u ondas que el núcleo libera para volverse más estable, existen varios tipos de decaimiento radiactivo que dan lugar a la radiación ionizante. Los tipos más comunes son las partículas alfa, las partículas beta, los rayos gamma y los neutrones.
 

 

Radiación alfa

 

Decaimiento alfa (Infografía: A. Vargas/OIEA).

 

En la radiación alfa, los núcleos liberan partículas pesadas con carga positiva para hacerse más estables. Estas partículas no pueden penetrar nuestra piel y causar daño. Muchas veces basta con utilizar una simple hoja de papel para detener su paso.

 

Sin embargo, si ingerimos o inhalamos un material que emite partículas alfa, nuestros tejidos internos pueden quedar expuestos directamente a este tipo de radiación y, en ese caso, ponemos en riesgo nuestra salud.

 

El americio 241 es un ejemplo de átomo que decae mediante partículas alfa y se usa en los detectores de humo de todo el mundo.
 

 

Radiación beta

 

Decaimiento beta (Infografía: A. Vargas/OIEA).

 

 

En el caso de la radiación beta, los núcleos liberan partículas más pequeñas (electrones), más penetrantes que las partículas alfa y que pueden atravesar, entre otras cosas, 1 o 2 centímetros de agua, en función de su energía. Por lo general, podríamos detener el paso de la radiación beta con una lámina de aluminio de unos cuantos milímetros de espesor.

 

Entre los átomos inestables que emiten radiación beta se encuentran el hidrógeno 3 (tritio) y el carbono 14. El tritio se utiliza, por ejemplo, en las luces que indican las salidas de emergencia en entornos oscuros. Esto se debe a que la radiación beta proveniente del tritio hace brillar un componente de fósforo al entrar en contacto con ella, sin necesidad de electricidad. El carbono 14 se utiliza, entre otras cosas, para datar objetos antiguos.
 

 

Rayos gamma

 

Rayos gamma (Infografía: A. Vargas/OIEA).

 

Los rayos gamma, que tienen varias aplicaciones, como el tratamiento del cáncer, son un tipo de radiación electromagnética, similar a los rayos X. Algunos tipos de rayos gamma atraviesan el cuerpo humano sin causar daño, pero, en otras ocasiones estos rayos son absorbidos por el organismo y pueden ser perjudiciales. La intensidad de los rayos gamma puede reducirse a valores que entrañen menos riesgos mediante el uso de paredes gruesas de hormigón o plomo. Ese es el motivo por el cual las salas de radioterapia de los hospitales, en las que se trata a los pacientes con cáncer, tienen paredes tan gruesas.
 

Neutrones

 

La fisión nuclear que ocurre dentro de los reactores nucleares es un ejemplo de reacción radiactiva en cadena alimentada por neutrones (Gráfico: A. Vargas/OIEA).

 

Los neutrones son partículas relativamente grandes y uno de los principales componentes del núcleo atómico. No poseen carga y, por ende, no producen ionización directamente. No obstante, su interacción con los átomos de la materia puede hacer surgir rayos alfa, beta, gamma o X, que sí producen ionización. Los neutrones son penetrantes y solo puede detenérseles con grandes volúmenes de concreto, agua o parafina.

 

Los neutrones pueden producirse de diferentes maneras, por ejemplo, dentro de los reactores nucleares o en las reacciones nucleares desencadenadas por partículas de alta energía en los haces de los aceleradores. Los neutrones pueden representar una fuente considerable de radiación indirectamente ionizante.
 

 

¿Qué papel desempeña el OIEA?

   

El OIEA presta asistencia a sus Estados Miembros en el uso de las tecnologías nucleares, incluido el uso de la radiación en los ámbitos de la salud, la agricultura, la protección del medio ambiente, la gestión del agua, la energía y la industria. A tal fin, el OIEA apoya la investigación y el desarrollo sobre las aplicaciones de la radiación y las fuentes radiactivas, coordina actividades de investigación y ejecuta proyectos en diferentes países del mundo.
   

Mediante sus actividades de verificación y salvaguardias, el OIEA comprueba que los materiales con los que se puede producir radiación no se desvíen de sus usos pacíficos.
   

Por último, elabora normas de seguridad y orientaciones sobre seguridad física nuclear e informa sobre las mejores prácticas de protección de las personas, la sociedad y el medio ambiente frente a los efectos nocivos de la radiación ionizante.

 

 
¿Cuáles son los organismos encargados de velar por el uso seguro de la radiación en Iberoamérica?

 

Varias instituciones nacionales de Iberoamérica, algunas de ellas integrantes del Foro Iberoamericano de Organismos Reguladores Radiológicos y Nucleares, promueven el uso seguro de la radiación ionizante y las tecnologías nucleares.

 

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