Por: Eucadio Gutiérrez Solano

En necesario hacer una pequeña reflexión, a nuestro modo, sobre “la ciencia, religión e ignorancia”. La ciencia no tiene fronteras ni parámetros. Su campo de acción es ilimitado. Los científicos son los que manejan la ciencia. En tanto, la religión está encasillado en dogmas y reglas, inalterable desde los tiempos primigenios.

La religión se desenvuelve ante un Dios, creador del universo. Su presencia es infinita, inalterable. Así comenzó, siendo la Biblia su fundamento y razón de ser. En cuanto a la ignorancia, a lo largo de la historia, debemos decir que se adaptó, con sumo placer, a la verborrea e interpretación bíblica. Todo lo que dice la biblia, para la gente ignorante, es palabra de Dios, y que debe aceptarse si murmuración, ni duda. Dios lo ha dicho y hay que cumplir, a ojo cerrado.

Basta creer en Dios para salvarse. Sin Dios no hay nada. Se nace, crece y produce por la gracia de Dios. Por ende, la vida está sujeta a la bondad y querer de Dios. Para los ignorantes no hay nada sin la presencia de Dios. Hasta los olores y gases depende Dios. A la gente ignorante se le puede engañar y manejarla.

Llegó el Coronavirus-19 y sus mutantes. Nadie lo ha podido detener. Solamente la ciencia viene luchando para combatir la pandemia y reducir las muertes. Las vacunas, que son los mismos virus, pero atenuados, son productos de los científicos que busca frenar la pandemia. Ahora todos pugnan para vacunarse. El virus ha causado muchas muertes incluso en lugares donde la religión tiene mayor presencia, por citar Italia.

Según los creyentes Dios es amor. Me pregunto, ¿si es amor por qué permite las muertes? -Son pecadores los que mueren, nos dirían muchos. En la época de la Conquista, a nombre de la religión mataron horriblemente a 150 mil chinchanos. En Cajamarca cayeron unos 40 mil nativos, asesinados con crueldad, con el respaldo del impostor fraile Valverde. Desde que llegaron los españoles todos los días se adoctrinó que Dios es el dueño del universo, creador de todo. La gente ignorante así lo cree a pie de la letra. No conoce la realidad del globo terráqueo. No saben que en determinados continentes no creen en Dios, y que viven exactamente igual que los demás.

La ignorancia según se ve es bárbara. Para ellos sin Dios no hay vida. Llegan al extremo de retar la vida. Muchos mueren a causa de su torpeza. No quieren hacerse transfusión de sangre, se han picar con víboras, después mueren. Si amanecen vivos, atribuyen a Dios, que se trata de la gracia Divina. Otra cosa, cualquier ciudadano puede fundar una secta, y vivir emulando ser profeta. El ejemplo claro es Ataucusi, que anunciaba resucitar al tercer día.

La gente ignorante no sabe cómo el mundo cambió con los aportes de la ciencia y tecnología. El organismo humano es un compuesto químico, un laboratorio donde reaccionan un promedio de 20 elementos químicos, en que los electrones cumplen una función esencial de vida o muerte. No es como por ahí los desmemoriados sostienen, por ejemplo, la ivermectina, cura y no causa daños. Viendo el mecanismo atómico y molecular de las sustancias que hay en el mundo de la vida, los hombres de ciencia vienen aportando con las vacunas.

Son miles y miles de muertes, los hospitales se encuentran colapsados. Hay desesperación en el mundo para detener el avance letal de la pandemia. ¿Rezando día y noche podemos evitar el contagio? Creo que no. Tenemos que cuidarnos. ¿Ir a las iglesias para no caer muertos a causa del virus? No somos anticristos, de noche a la mañana. Solamente analizamos.

Me parece que la religión ha hecho mucho daño a la humanidad cercenando su cerebro y esclavizando su libertad. Los fanáticos religiosos, envenados mentalmente, nunca entenderán la diferencia abismal entre la religión y la ciencia.

En el Perú la religión ha hecho mucho daño, tal es que ayer, todos los medios informativos se dedicaron a difundir la cuestión religiosa. ¿Borregos? Se trata de una modesta opinión.

Seguiremos.