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Por: David Vilcapuma Gutiérrez - Licenciado en Educación
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Ofrezco hoy, al sediento lector de Huachos.com, informativo online de Huancavelica, Ica-Perú., este artículo, cuyo título es: “Conociendo a San Juan de Yánac”, en memoria, a nuestra leyenda don Gerardo Felipe Vilcapuma Saravia. Q.E.P.D. Revelando su territorio en el que, están conformados por fundos y estancias, así como sus diversas tradiciones y sus costumbres de nuestro querido pueblo.
Sin embargo, esta sencilla reseña, no cubrirá las lagunas del letargo, y adormecimiento de su gente.
En la crónica que me imagino, sólo trato de reflejar con modestia, sus memoriosos nombres de estos paisajes andinos, que perduraban en el silencio y anonimato.
Deseo aclarar, que en honor a la verdad, no conozco personalmente a la tierra donde por vez primera vi la luz, donde di mis primeros pasos; pasé mi niñez y parte de mi juventud, en uno de los fundos, cuyo paisaje, pareciera estar tapizado con un manto verde.
Pero el interés que mueve mi voluntad, hizo que me informara lo suficiente como para escribir, este artículo.
“ Mi gratitud especial a las personas que he consultado; y me han proporcionado una amplia información. Mi gratitud también a los lectores, que van siguiendo día a día, ese difícil peregrinar a lo largo y ancho de mi memoria al pueblo huancavelicano e iqueño.”
Con certeza, debo manifestar, que nuestra máxima leyenda, fue quien me motivara a conocer y descubrir, los secretos de la extensión que embellecen al paisaje de un lindo pueblo. He hecho todo el esfuerzo; en el intento de narrar fielmente y con sinceridad, los distintos lugares, que comprende el distrito San Juan de Yánac, teniendo en cuenta, que algunos no estarán de acuerdo con este mensaje.
Mi propósito es hacer conocer a la población yanina, el corazón de un hermoso pueblo. Mi gratitud especial a las personas que he consultado; y me han proporcionado una amplia información.
Mi gratitud también a los lectores, que van siguiendo día a día, ese difícil peregrinar a lo largo y ancho de mi memoria al pueblo huancavelicano e iqueño.
Los registros indican que el distrito San Juan de Yánac, quedó establecido por 5 anexos: San Luis de Huañupiza, Copacabana, San Antonio de Sihuay, San Jerónimo de Almacén, San Antonio de Huasipircana.
Entre sus instituciones, cuenta con dos comunidades campesinas: La comunidad campesina de San Juan de Yánac y la comunidad campesina de San Luis de Huañupiza.
Una autentica dedicatoria del corazón del pueblo, los fundos y estancias del añorado y querido pueblo como son: Llactapata, fundo que pertenecía a la familia Rivera. Limaní, lomas perteneciente a la familia Vilcapuma Saravia Gerardo Felipe. León rumí, fundo perteneciente a la familia Saravia Sánchez. Paty I, baluarte de la familia Malpica y el Paty II, fue la fortaleza de don Francisco Vilcapuma Patiño. Parawilca, es el linaje de la descendencia de la familia de don Francisco Vilcapuma, hoy existe un colegio en dicha localidad. Torcay, este fundo corresponde a la familia Chávez, Pérez y Garay. Wichi, esta localidad pertenece a la familia Vilcapuma Saravia Cenobio. Huancarachi, es un lugar hermoso que esta al pie de Paty, esta es la toma, de donde se lleva el agua para los riegos que abarca hasta Limaní. Rayaniyok, este hermoso lugar está en la parte alta del pueblo de Yánac, es el bastión de la familia Malpica, Braulio Vilcapuma Saravia y la familia Cahuana. Ushpa, este bello paisaje es bastión de la familia Huamán. Sixicalla, expendida lomas bastión de la familia Fernández. Chalqasa, la famosa estancia donde está el corral de la familia Malpica.
También tenemos a: Ancaguachanan, Antapalka, Chahuaspisca, Mulleyoc, Balcón piscopaupianan, Corralpata, Radiana, Chuna cancha, Trapiche, Turasniyoc, entre otros.
Música
Entre los más destacados músicos yaninos contemporáneos tenemos al eximio músico Gerardo Felipe Vilcapuma Saravia (1917- 2016) Su formación es netamente autodidacta, es uno de los principales difusores de la música yanina, especialmente la danza de las pallas y pastores, a través de su arpa, conspicuo discípulo de Florencio Coronado Gutiérrez, cultivó y difundió una variedad de piezas musicales.
Ha recibido varias condecoraciones entre la que resalta la medalla al honor como hijo predilecto de su pueblo.
También está su hermano don. Braulio Vilcapuma Saravia, un gran saxofonista, luego Florentino Yauri, un extraordinario violinista, Pedro Ochoa, lo sigue; como olvidar a Néstor Chávez Saravia, patriarca de los músicos, del anexo San Luis de Huañupiza, también está presente en nuestra memoria Virginio Gutiérrez Aguado, extraordinario guitarrista de Huasipircana.
Pocos llevan más de medio siglo dedicado a la música y siguen manteniéndose vigente. Es el caso de don. Eladio Chávez Gonzales (1954), quien es un difusor indesmayable de la música vernacular, especialmente la yanina, al son de su Orquesta que, él dirige, a lo largo y ancho del distrito multilingüe, pluricultural, multiétnico, de todas las sangres.
Cantantes
Entre los cantantes tenemos a Otmar Chávez Contreras, Ciro Huamán Ramos, Teodolinda Pérez y Nora Chávez Canchari entre otros.
Literatura
Hace doce años apareció un libro de un modesto yanino, quien se dedicaba a investigar la historia de nuestro pueblo, sus costumbres, mitos, tradiciones y leyendas.
Nuestra pequeña Patria, tiene un hermoso pasado, oculto a los ojos de los compoblanos; es necesario y urgente rescatarla, y hacer conocer a su gente, los valores culturales, intelectuales de nuestro pueblo y de sus antepasados.
Tenemos promesas ambiciosas en el escenario de la literatura, esperamos su consagración.
Nunca es tarde para proyectar el progreso y el futuro de nuestra sociedad, porque la historia tiene un valor innegable, no solo es un hecho grandioso que sucedió en una determinada época, sino es el ejemplo a seguir especialmente por los jóvenes que en sus manos estarán los destinos de nuestra comunidad.
Una de las leyendas de San Juan de Yánac.
El cerro Huaraza
Un niño iba con su perro pasteando su ganado, por el cerro en medio de la neblina y torrenciales lluvias, entre juego se distrajo un instante, y cuando se dio cuenta, los animales habían desaparecido, sorprendido corrió a buscarlos entre la oscuridad de las nubes y en esos precisos momentos, se encontró con una campana grande que rodaba por las lomas del cerro, sobre los pastizales, él niño fue corriendo a agarrarlo, la cual pesaba demasiado y no pudo levantarla, luego con una soguilla de maguey que tenía a la mano, lo amarró en el pescuezo de su perro, para que la pueda jalar, pero el animal no pudo, comenzando a ladrar y aullar desesperadamente, y al no poder llevar la campana de Bronce, lo dejó escondiendo y señalado el lugar, para retornar al día siguiente.
El otro día muy temprano el pequeño pastor, partió hacia el lugar para recoger la campana, encontrándose con la sorpresa que el tantán se había desaparecido. Los lugareños cuentan que al día siguiente el perro murió arrojando sangre, porque la beta le había chocado.