David Vilcapuma Gutiérrez Licenciado en Educación |
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La mejor manera de conocer y apreciar la belleza de un pueblo es visitando y también leyendo las narraciones y composiciones literarias escritas por el autor.
Chilcaní, cuna del otrora don Néstor Vilcapuma Quispe y doña Brígida Gutiérrez Girón (Q.E.P.D), paraje que se levanta al margen izquierda del rio Chilcaní, que nace en los puquiales de la cumbre de Cóndor Rumí, es uno de los lugares más bellas del lugar, cuyo paisaje, pareciera estar tapizado con un manto verde, especialmente en los meses de abril, mayo y junio.
Limita hacia el norte con palmadera, al sur con el anexo de San Antonio de Huasipircana, por el oeste con la estancia de Aguagasha y por el este con las cumbres de Cóndor rumí.
En esta crónica que me imagino, sólo trato de reflejar con modestia, sus memoriosos nombres de estos paisajes agrestes, que perduraban en el silencio y anonimato. Hoy sale a luz como una autentica dedicatoria desde el corazón mismo de este caserío añorado y querido como son: Leche chawana, Shogompata, Chuna, Yanamio, Garapata, Patapata y Yanamio.
Esta es la tierra donde por vez primera vi la luz, donde di mis primeros pasos; pasé mi niñez y parte de mi juventud lleno de secreto, paraje que gurda nostalgia y miles de recuerdos.
Mi gratitud también a los lectores, que van siguiendo día a día, ese difícil peregrinar a lo largo y ancho de la memoria del pueblo de San Juan de Yánac.
Chilcaní cuenta ya con una literatura autentica.
Hace doce años apareció un libro de un modesto hijo yanino, quien se dedicaba a investigar la historia de nuestro pueblo, sus costumbres, mitos, tradiciones y leyendas, hoy brilla con luz propia, rescatando la cultura de su pueblo.
También cuenta con un deportista calificado. Hace veinte años un joven Yánino don: Oscar Vilcapuma Gutiérrez, hacia su debut en los importantes certámenes del atletismo en Lima, colocando el nombre de su pueblo por lo alto, al lograr participar entre los grandes atletas de nuestra patria.
Nuestra pequeña patria, tiene un hermoso pasado, oculto a los ojos de los compoblanos; es necesario y urgente rescatarla, y hacer conocer a su gente, los valores culturales, intelectuales de nuestro pueblo y de sus antepasados.
El pueblo, sus dirigentes y autoridades tienen en sus hombros la gran tarea de transformación.
Vías de comunicación. Tiene caminos que enlazan con los puntos más apartados, la carretera más cercana es la del anexo San Antonio de Huasipircana, también hay acceso por el anexo de San Luis de Huañupiza y otros caminos.
El siguiente es una astilla del intenso caminar, cosechando las voces crecientes de mi bello Chilcaní, en el anexo de San Luis de Huañupiza, distrito de San Juan de Yánac, provincia de Chincha Alta, Región Ica.
Me entristece el ánimo al encontrar en desolación, la tierra donde por vez primera vi la luz.
Lugar donde di mis primeros pasos; pasé mi niñez y parte de mi juventud lleno de secretos.
Nunca podré olvidar la enseñanza y el afecto? que me brindaste siempre.
Por eso te llevo? en un rincón de mi alma entristecido pero orgulloso mi bello Chilcaní.
Me anima el brillo del sol radiante y sus rayos que se funden en sus hermosos paisajes.
Los estrechos caminos por donde corría de niño, ya nunca volverá a ser lo mismo.
Me embarga la emoción, al desempolvar cada episodio que viví en mi niñez.
Al recordar estos pasajes, lagrimas caen por el rostro entristecido de este caminante.
El agua fría huye por el río, calando fuertemente la mano, penetrando hasta los huesos.
Hay soledad en tu día, mientras las aves trinan en armonía cautivando mi andar.
El cielo se desnuda para mí, mostrando sus millones de estrellas brillantes.
La soledad de la estancia, estremece mis sentimientos llenas de ternura.
El misterio de la noche se pone en calma, mientras lloro en silencio por tristezas de la vida.
Chincha, octubre del 2017.
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