En OPINIÓN LIBRE |

Convicciones vs Pragmatismo

No estoy seguro que todos los abogados piensen igual, pero a un par de ellos le escuche que una cosa es lo ético y otra lo legal.


Por: César A. Franco Carpio - Analísta Político (Huancavelica)
 


Por eso mi escepticismo con aquello de “únete al cambio”…


No estoy seguro que todos los abogados piensen igual, pero a un par de ellos le escuche que una cosa es lo ético y otra lo legal. Ese pragmatismo es digno de discutir para aquellos que se guían por sus convicciones.

Estamos ante dos visiones y quisiera compartir la reflexión: El que se guía por una ideología, desarrolla convicciones políticas y difícilmente cambiará de camiseta; Por tanto ideología,  convicciones y acción van de la mano y de alguien así, podríamos esperar que cambie de opinión pero no de ideales.
 
Alguien que actúa acorde a sus convicciones podrá cambiar de opinión, pero no de ideales.

Por otra parte, existen los pragmáticos que apelan a la real politik,  la política de lo concreto, de lo tangible; Es decir de lo negociable, o de lo eludible. Igual, podría elogiar a Julio Guzmán, pues se presenta como el fruto de un descontento generalizado y como opción “real” para ganarle en segunda vuelta a Keiko.

Pero ese es el fragor del momento y nos desviamos de la esencia, (y esa desviación es gracias a los dueños de lo que se transmite a través de la caja idiota). Asumiré que gana Julio Guzmán, ¿tendrá gobernabilidad política? y sobre todo ¿social? ¡Lo dudo!

Gane quien gane, lo hará raspando, por ende con débil gobernabilidad…

El posible amigo anti dinosaurios ganará raspando, lo cual deriva en que tendrá una bancada débil en el Congreso (donde se proponen y aprueban las leyes). ¿Qué le quedará al idealista que ahora transmite sus “convicciones” con tanta “firmeza”? Pues tranzar con aquellos “dinosaurios”, (que le recordarán su ímpetu y se lo cobrarán caro).

Si quiere sacar medidas de fondo, (especialmente de todo aquello que en campaña dice que quiere reformar y formar), deberá sacarlo mediante leyes en el Congreso. Por ejemplo: ¿Podrá contra una institución bien sólida en nuestra sociedad, como es la corrupción?
 
Si gana Julio Guzmán, los “dinosaurios” le cobrarán caro su ímpetu, pues en la política el partido no tiene pitazo final.

Ahora bien, asumiré que gana Keiko, hasta ahora es posible que tenga la bancada más numerosa, pero aun así, en lo esencial, simplemente será “la primera minoría”. Eso desde una óptica. La otra: ¿cuenta con experiencia en gestión pública, o gubernamental? ¡De ninguna índole!, entonces, no le quedará otra que dejarse “asesorar” de quienes por convicción o pragmatismo la apoyan.

En ese sentido, de todos modos tanto unos u otros seguirán pescando en río revuelto y de ella lo mínimo que se debería esperar es que tenga “muñeca” para lidiar, por un lado con sus áulicos sedientos de cuota burocrática y con sus (no pocos) detractores que si son bien pragmáticos.

El próximo Congreso se parecerá a la izquierda que tanto criticamos “tremendamente fragmentado”

Reitero mi afirmación; de la ideología derivan las convicciones, y de las convicciones deriva el proceder ético. ¿Por qué la cuestión de la ética? Sencillo: Pues algo pragmático hizo el Pacto Ético a nombre de las convicciones; “…César Acuña carece de idoneidad ética para ser presidente…”.

Evidentemente, si una persona (y esto nos atañe a todos), tiene la temeridad de indicar que cursó 48 créditos en un ciclo de la Universidad; decir que no plagió, que copio; que (al parecer) una firma de la resolución que aprobó la coautoría de su libro es falsa y un largo etcétera.
 
Ante este pragmatismo descarado, realmente debemos preocuparnos, pues de su construcción ética podríamos pensar que para él, “el fin justifica los medios”.

En este caso; ante el hasta ahora tercer candidato en las encuesta, la preocupación es igual. ¿Seguirá con su pragmatismo y haciendo lo “necesario” para mantener la gobernabilidad? Recuerden que en un contenido de la caja estúpida dijo que sería más rico si llega a ser presidente.

Finalmente quedan los aprendices de político que se presentan con convicciones firmes, pero con mañas pragmáticas: Van a las comunidades; regalan arroz, panetón, leche, frazadas y lo justifican diciendo que era una reunión familiar. En últimas dirán que legalmente no se puede comprobar que dieron dadivas en campaña.


Vista así las cosas, con cara ganan los abyectos y con sello pierde Perú.
 

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