Por: Vanesa Monserrat Junco  Profesora - Psicopedagoga aprendimagia777@gmail.com

Infinitas teorías de técnicas y metodologías de crianzas no explican las permanentes contingencias que enfrenta una madre, o un padre.
 

Esa primera decisión de traer un nuevo ser al mundo es fundamental en la crianza. No es lo mismo en el crecimiento de una persona haber sido deseada o no.

Partiendo del hecho de un nacimiento deseado, los adultos intervinientes atravesarán desafíos y situaciones jamás previstas, ni por el mejor libro de crianza. Esto es lo que hace que la psicología y la educación, al igual que todas las ciencias humanas, no sean un campo de laboratorio empírico en el cual todas las variables están controladas. Gracias a la bendecida singularidad humana esto jamás ha sido así, ni lo será. Los diferentes intentos de transformarnos a los humanos en objetos “medibles” de estudio se transformaron en experiencias como Auschwitz: la más absoluta deshumanización, la pérdida total de la sensibilidad y la empatía por los demás.

Es así entonces, que el profesional orientador de acompañar una crianza, se va a detener en el contexto y las características de las personas involucradas. Las propuestas serán ajustadas a esas personas, y cualquier ley general que se quiera emitir deberá respetar absolutamente esa singularidad y ese contexto. No serán posibles fórmulas de excelencia educativa -de un ideario de ilusiones referido al exitismo académico del siglo XX, que el neoliberalismo transformo en meritocracia de auto exigencia y stress-, sino estará atento a las circunstancias concretas de las personalidades e intereses de la personas involucradas. Recordando que la “Psique” es el alma y su orientación es clave en el HaSer de la Humanidad. Nada se pierde. Todo tiene impacto en la convivencia de las sociedades.

Sabemos que la humanidad no es un campo de flores desde las circunstancias de nacimiento hasta el desarrollo. Y también sabemos que en esta escuela de la vida “siempre” podemos seguir aprendiendo para aportar a la realización -al menos- de un jardín, allí donde estemos, desde una actitud de empatía y comprensión de los modos de funcionar humanos. Desde la cuna hasta el puesto de empleado, médico, maestro, artista o aquello que alguien decida hacer en la vida desplegando sus dones para ser feliz.

 Les dejamos entonces aquí un concepto necesario al momento de la crianza y de la vincularidad entre personas: “Empatía”. Significa: “Participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella, generalmente en los sentimientos de otra persona”. (Definición de Wikipedia)

Querido lector, querida lectora: te invitamos a convivir en empatía con quienes te rodean y muchos más si estas involucrado en proceso de crianza de otra persona. También te invitamos a compartir tus experiencias y preguntas a este espacio de comprensión en amorosidad hacia la infancia y las juventudes. También a las familias, terapeutas, profesores y maestras/os.

La seguimos en la próxima. Podemos recomendarte películas, textos y todo aquello referido a la crianza. También si gustas envía tus comentarios y aportes a: territorio para una nueva educación