Por: Eucadio Gutiérrez Solano    Mag. Químico-farmacéutico y periodista

Inicio de la traición más espeluznante y del contubernio de puro lucro.

La mina comenzaba a realizar sus exploraciones de Cerro Lindo o Guapunga entre los años año 2001 a 2003, tiempo en que los malos líderes de Chavín, olfatearon ( durante la pasantía) los dólares y vieron -con ayuda de la mima- los edificios, las movilidades y muchas propiedades que tenían los líderes comuneros que negociaron bajo la mesa en la Oroya, Cerro de Pasco.

Los traidores, después del paseo de “amorío” por los sitios programados por la mina, de acuerdo a su conveniencia, retornaron hablando maravillas de los centros mineros que visitaron, dado a que la pasantía tenía un fin, concientizar al chavinero, un pequeño lavado de cerebro, Según los pasantes, ellos vieron grandes construcciones  producto de la mina, y supuesta alianza que mantenían con el pueblo. A cambio del corto viaje hipotecaron su conciencia. Comieron y bebieron como gente con plata. Con la ilusión que habían llegado al Edén, volvieron a Chavín, con la consigna: tus, tus, y mus, mus.: “la mina sí, los traidores no”.

La vaca loca y cero contaminación

La comitiva que viajó por los lugares estratégicos y engaños, por el centro del Perú, retornó a Chincha levantando la bandera a favor del centro minero, supercontentos, de haber dormido en catres, cuales fuesen “vacas locas” -con celo- que rompen cercos y corren tras el toro hasta el encuentro sexual, risueños y eróticos. Después, -estos-en las asambleas informativas en los años 2003 y 2004, comenzaron hablar del paraíso, que vieron por Cerro Pasco, entonces con cánticos  de haber llegado al cielo, como prostis satisfechas después del toro, en cada reunión, y de persona en persona, clamaban con alegría y satisfacción, que a Chavín había llegado taita dios, con harta plata, para invertir en el pueblo, más aún,  levantando las piernas hasta arriba, para que el intruso no se desanime, gritaban, como expertos en contaminación: Cero contaminación e iso 14, que la mina iba poner en práctica, repitiendo hasta el cansancio, la muletilla, era el momento donde la compañía minera tenía miles quintales de metales almacenados, en Cerro Lindo.

En esos días se había cambiado la pelona, llegaban perfumados, cuando en otras oportunidades, andaban con olor a orina de cabra, y tomaban agua de lucmapuquio, y no coca cola., que esta vez portaban cada uno de los entusiastas viajeros.  

Mientras los farsantes, que ya habían planificado el ingreso triunfal de la mina. Continuaban en la asamblea, en el “Centro Cívico de Chavín”, un terraplen adueñado por Víctor Peve Palomino, los comuneros con dignidad y honor, reclamaban mayores derechos y beneficios, inmediatamente, estos patriotas chavineros, fueron acallados y pifiados burlescamente, señalándolos como traidores del desarrollo de Chavín. Los granujas como Raúl Vilcamiza Guerra, y otros personajes, proseguían adoctrinando: cero contaminación y desarrollo de Chavín. Más allá sentado en adobes, los amos, observaban la lucha que hacían Vilcamiza, Víctor Peve y otros zamarros. Para asegurar su triunfo se les acusó a los defensores del pueblo “ser los enemigos y traidores del desarrollo” de Chavín. Así fue gestando el contubernio y la traición.

Los que habían visto espejismos durante la pasantía, peleaban a todo trance, hablando, que había comenzado una nueva era para Chavín, con la convivencia pueblo y mina, de hermandad y apoyo. Aquí saltaba de alegría Martín Quispe, derramando bilis, entonces regidor de Alfredo Peña. Ellos atacan a los honorables hijos del pueblo, en coro, diciendo las virtudes de la mina. Repetían: Cero contaminación, iso 14, y desarrollo del pueblo. Cerraban su locomania, en coro, que decir, “no a la mina”, era traicionar y atentar con su desarrollo, no es posible que el pueblo se quede estancado, gritaban. La gente ignorante creía en los falsos profetas, y empezaron pedir dinero a la mina, o hasta para orinar. Los verdaderos malos hijos de Chavín referían que, la mina significaba el desarrollo del pueblo, plata como cancha y trabajo para todos los hijos.   

El ex alcalde Víctor Peve Palomino, personaje que no hizo nada por su pueblo, firmó el Convenio Marco, 2005, que se entrega las tierras de Chavín, este vitalicio dirigente, que rota en los cargos, años tras años, desde la época que fue alcalde, es el personaje más negro en la historia de Chavín, a quien no le interesa la honra de las personas. Corolario: Los chavineros viven cargando su propio mal. Los firmantes todos millonarios y el puebleo mísero y de hambre.

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