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Cuando dos princesas sueñan ser reinas

Un movimiento sumamente populista quería que la Capitana - como era llamada la hija del general dictador colombiano - fuera su heredera política.

Maria Eugenia la hija del dictador colombiano Rojas Pinilla tuvo también aspiraciones presidenciales.
 

Por: Luis E. Forero Medina 

Abogado/Especialista en Saluderecho

 
El 13 de junio de 1953  el general Gustavo Rojas Pinilla se convirtió en dictador de Colombia, deponiendo a Laureano Gómez, presidente  elegido democráticamente por el pueblo. El dictador dejando de un lado a su esposa, siempre  tuvo como primera dama a su hija, María Eugenia Rojas de Moreno.
 
Después de varios años de ser depuesto Rojas Pinillas, él y su hija  fundaron la Anapo, un movimiento sumamente populista que perseguía que la Capitana como era llamada la hija del general dictador fuera su heredera política. Dos décadas después del golpe de Estado, su padre perdió la presidencia de la República en unas elecciones cuestionadas por la oposición. Años después su hija María Eugenia aspiró infructuosamente a la presidencia de la República, a la Alcaldía de Bogotá y a diversas Corporaciones Públicas.  Los hijos de la Capitana que fracasó en su aspiración presidencial, transitaron por la política colombiana, pero para mal; Samuel está condenado a dieciocho años de prisión por corrupción siendo alcalde de la capital colombiana, y su hermano igualmente está siendo investigado por la justicia colombiana.

En el Perú hoy el ambiente electoral se ventila con una situación similar, y ya la candidata Fujimori ha dado muestras de cómo piensa suceder a Ollanta Humala, al parecer por la misma conducta por la que fue excluido el  candidato César Acuña, por “comprar votos”, desdibujando el  sistema  electoral.  Son investigados la candidata presidencial, su  hermano, el congresista Kenji Fujimori, y su aspirante a vicepresidente, Vladimiro Huaros.

A la candidata de Fuerza Popular en la primera vuelta la “castigó” más del sesenta por ciento del electorado, y esta franja de población adulta peruana, seguramente la volverá a “quemar” en junio. Algunos de los cerca de seis millones de votos que contabilizó la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), a favor de Keinko Fujimori, emigrarán a Peruanos por el  Kambio, movimiento al que acompaño en la primera vuelta cerca de un tercio de los sufragantes, y trabaja por sumar los más de dos millones ochocientos mil votos de Frente Amplio, tercero en la contienda. PPK  trabajaría  “para tener un país moderno, con una economía sana, inversión social y justicia”.




 
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