LIMA (Reuters) - Los expresidentes Ollanta Humala -llamado popularmente "Cosito"- y Alberto Fujimori -conocido por las masas populares como "El Chino"-, antes acérrimos enemigos, podrían encontrarse cara a cara, pero en una prisión de Lima.
Las autoridades penitenciarias decidieron el viernes que, Humala, acusado de lavado de activos, cumplirá su detención preventiva de 18 meses en una base policial de Lima, donde también está recluido Fujimori por una condena de 25 años por crímenes contra los derechos humanos.
Imágenes de televisión mostraron cuando Humala, de 55 años, llegó en un helicóptero a la base de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes) de la policía, en el distrito de Ate en el este de Lima, en medio de extremas medidas de seguridad.
Un juez ordenó el arresto de Humala -que gobernó entre 2011 y 2016- mientras un fiscal lo investiga por supuestamente elevar su patrimonio personal con dinero que firmas brasileñas y del Gobierno de Venezuela habrían usado para financiar su campaña electoral.
En abril, la ministra de Justicia, Marisol Pérez, dijo que se estaba construyendo celdas adicionales en la base policial, pero no precisó para quienes serían. La justicia local también ha ordenado el arresto preventivo del expresidente Alejandro Toledo, quien ha sido visto en Estados Unidos.
"Es un terrible momento para la democracia peruana, de los últimos cinco expresidentes, uno está condenado (Fujimori), uno en prisión preventiva (Humala), uno con orden de detención provisional (Toledo) y otro investigado (Alan García)" por casos vinculados a corrupción, dijo el analista Víctor Andrés Ponce.
Según una encuesta de la firma Ipsos Perú del último trimestre del año pasado, un 83 por ciento de los peruanos desconfía de los políticos y solo 14 por ciento cree en ellos.
Lilian Díaz, una oficinista de 26 años, dijo que "se ha perdido totalmente la credibilidad en todos los políticos. No hay nadie que realmente te inspire confianza".
No se quieren ver ni en pintura debido a una larga enemistad
Humala saltó a la fama en octubre del 2000, cuando el entonces comandante del Ejército junto con un grupo de soldados se alzó en armas contra el gobierno de Fujimori, que tambaleaba en medio de un gran escándalo de corrupción.
Tras unos días de rebelión en el sur de Perú y la huida de Fujimori del país, Humala se entregó a las autoridades al considerar que había cumplido su objetivo.
Casi una década después, Humala postuló por segunda vez a la presidencia y derrotó a la hija mayor del exmandatario, Keiko Fujimori, que desde el Congreso fue su rival política.
Para gobernar el país, Humala tuvo que abandonar su discurso de izquierda radical para abrazar las ideas progresistas del exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, su mentor político quien fue condenado por corrupción esta semana.
Fujimori, de 78 años, fue condenado por la matanza de 25 civiles sospechosos de pertenecer al grupo guerrillero Sendero Luminoso, ejecutada por un grupo de las fuerzas de seguridad que actuaba bajo la sombra y con conocimiento del entonces mandatario.
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