Por: Luis E. Forero Medina Abogado/Especialista en Saluderecho |
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El negocio de desembarcaderos en el Perú se ha distribuido entre públicos y privados; sin embargo ambos se han ahogado en un vaso de agua. Actualmente los desembarcaderos lucen rústicos y faltos de higiene; convertidos en escenarios desagradables desde donde se manipula inadecuadamente la mayoría de pesca cautiva que llega a la mesa para la ingesta humana.
Es común que en la mayoría de estos sitios, se descargue el pescado en el suelo; y así se venda sobre todo cuando se producen pescas milagrosas, en las que fuera de los pescadores salen a las tablas los que descargan el pescado, los que arrastran peces inmensos por el suelo para llevarlo a los camiones, los que lo compran y los que los procesan.
Algunos desembarcaderos del litoral peruano se han embarcado en obtener la habilitación sanitaria del sitio, pero no es fácil la expedición de la certificación, aunque se anunció la convocatoria de mesas de trabajo y visitas a las caletas de mayor representatividad. En el sector intervienen además de PRODUCE, SANIPES Y FONDEPES ( Ministerio de la Producción, Organismo Nacional de Sanidad Pesquera y Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero), entidades donde los pescadores artesanales se ahogan en un mar de tramitomanía.
De cuando en cuando se anuncia de parte del gobierno la construcción de desembarcaderos pesqueros artesanales (DPA); en junio se dijo que eran 18, y a mediados de agosto, PRODUCE indicó que serán 40 los DPA que se proyectan construir antes del 2020, mediante el mecanismo OxI (Obras por Impuestos). De los desembarcaderos pesqueros artesanales (DPA), previstos para construcción están el de Ica y otros ocho DPA más; ninguno ha tenido el aval del sector privado para empezar a navegar en el mar de la cimentación.
Un moderno DPA según los expertos, debe estar totalmente adecuado a las normas sanitarias, con áreas administrativas, áreas de tratamiento primario, carretera asfaltada, un muelle espigón de concreto armado, patio de maniobras, productores de hielo, tanques elevados de agua dulce y agua salada, zonas de embarque y desembarque, zonas de tareas previas y despacho, zona de servicios complementarios, zona de frío, zonas de limpieza, lavado y tareas previas, entre otros.
La actividad pesquera artesanal, entendida como la que se realiza en embarcaciones pesqueras mayores a 6.48 de arqueo bruto y hasta 32.6 m3 de capacidad de bodega en el ámbito marítimo, acaba de ser formalizada. En la respectiva norma que tiene vigencia por dos años, se aprovecha para combatir la pesca ilegal, lo que significa que en adelante se debe poseer un certificado de matrícula o un permiso de pesca.
Los armadores propietarios o poseedores de embarcaciones pesqueras artesanales, disponen de un plazo de 30 días para obtener el correspondiente permiso. Los propietarios de instalaciones de astilleros ilegales que trabajen sin permiso, corren el riesgo que su maquinaria y equipo sea destruido o confiscado.
Generalmente PRODUCE, antes llamado Ministerio de la Pesquería, no ejecuta, no hace efectiva las multas que impone por infracciones a la Ley Pesquera. De esta manera, los pesqueros artesanales no le temen a esas sanciones, porque se convirtieron en solo amenazas del lobo. La mayoría de contravenciones son por desconocer las prácticas de pesca sostenible en pro de la conservación de los recursos.
De un “escenario crítico”, calificó el presidente Vizcarra el sector de la pesca artesanal; por su parte el ministro de la Producción, Raúl Pérez-Reyes, indicó que en Perú de medio centenar de desembarcaderos artesanales, solamente uno registra condiciones de salubridad adecuadas para operar.
@luforero4
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