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Por: Oswaldo Carpio Villegas - Profesor en Marketing Político
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"Hoy la modificación de semillas con la introducción de genes que permiten la resistencia a plagas ha permitido multiplicar la producción de soja, arroz y otros productos en la India que sufre hambrunas pandémicas".
Nosotros, los Homo Sapiens Sapiens, somos seres genéticamente modificados, resultado de la hibridación o mezcla con el Homo Sapiens Neardental y el Homo Sapiens Denisovano. Eso es lo que sostiene la paleo-antropología moderna. ¿Cuándo se produjo esa fusión, mezcla o hibridación de estas tres especies de Sapiens? Hace unos 75 mil a 45 mil años. El Homo Sapiens Sapiens, nosotros, somos resultado de una modificación genética por causas “naturales”. Somos, genéticamente modificados y por ende, mejores.
Las distintas razas de perros existentes en el mundo, tienen un solo origen: el lobo domesticado por el hombre. Han pasado miles de años y hemos modificado genéticamente al lobo y, las consecuencias van desde el labrador hasta el chihuahua, el salchicha, el dóberman, el perro peruano, entre las centenares de razas creadas por el hombre. Todos son resultado de intervención humana. Son, genéticamente modificados.
Durante siglos, los habitantes del territorio andino de América del Sur, las culturas prehistóricas, se dedicaron, luego de pasar de ser errantes o nómades, a ser agricultores y ganaderos. En la agricultura luego de siglos de experimentación, observación, selección, etc., produjeron una domesticación de la papa, la quinua, el maíz, la quiwicha, oca, coca, diversos tipos de ajíes, entre otras especies vegetales. Los logros para la humanidad son enormes: miles de variedades de papas, de quinua y otras plantas, que han salvado a la humanidad de las hambrunas. La introducción de la papa en Europa y en todo el planeta, acabó, literalmente, con el hambre. Todas las variedades de papa, maíz –sara, en quechua-, quinua, etc., son consecuencia de haberlas modificado genéticamente, mediante la experimentación. Los restos arqueológicos y las crónicas de los españoles, manifiestan el interés, la voluntad y la práctica de los antiguos pobladores de la América Andina, de lograr cada vez mejores productos en tamaño, sabor, color, aroma y calidad nutricional. Pero, lo mismo, podemos decir de las especies de auquénidos: llamas, alpacas y guanacos son especies genéticamente modificados por los hombres andinos a lo largo de siglos. Esta es una realidad innegable.
"La ignorancia y los prejuicios son atávicos entre los seres humanos"
¿De dónde proviene, hoy, entonces, el rechazó a la modificación genética realizada por científicos acreedores de premios y reconocimientos internacionales por su aporte a la mejor calidad de la alimentación humana? Hay una respuesta: a la ignorancia-prejuicios, a determinadas religiones, a las ideologías del odio y a intereses económicos.
La ignorancia y los prejuicios son atávicos entre los seres humanos. Hoy ha renacido un rechazo a las vacunas como lo hubo cuando se empezó a experimentar con ellas. En el pasado, millones de personas fallecieron por la gripe, sarampión, viruela, varicela, paludismo, poliomielitis y otras graves epidemias. Las vacunas acabaron con ellas. Sin embargo, este gran avance de la ciencia que ha permitido salvar millones de vidas ha sido últimamente cuestionado por intereses económicos que generaron prejuicios y consecuencias graves en algunos lugares del mundo, permitiendo el reinicio de enfermedades pandémicas que ya estaban vencidas.
Hoy en el Perú y, probablemente, en otros lugares del mundo, se ha promovido la leyenda que las antenas que permiten la comunicación telefónica celular son causantes de cáncer. Periodistas ignorantes movidos por el afán de hacer noticia movieron este tema y lograron que autoridades locales asumieran la “defensa” de sus vecinos, negando el permiso a las empresas de telefonía a instalar antenas. Simultáneamente, los usuarios se quejan de que la señal de sus teléfonos es muy mala. Pero, se niegan a establecer una relación de causa a efecto entre la ausencia de antenas telefónicas y mala calidad del servicio: quieren buena calidad del servicio pero sin “antenas que son causantes de cáncer”. Pese a las explicaciones de autoridades competentes el prejuicio ha sido sembrado.
Los OGM
Igual ha sucedido con los Organismos Genéticamente Modificados: OGM. Éstos producirían cáncer y otras enfermedades incurables. Pese a que no se han reportado casos, los “luchadores” contra semillas y productos genéticamente modificados ha permitido bloquear su ingreso y uso en el Perú.
Se atribuye a dos empresas, una norteamericana y otra francesa, el interés en controlar la alimentación mundial, esclavizar a la población y someter a los agricultores a sus designios. Sin embargo, la modificación genética de semillas la puede hacer cualquier centro de investigación provisto de investigadores y de los medios científicos y tecnológicos. Nos negamos a hacerlo cuando podemos hacerlo -y ya lo estamos haciendo en forma muy limitada- pero sin emplear los nuevos descubrimientos en nuestro país. Papas genéticamente modificadas son capaces de enfrentar las plagas que tanta destrucción de cosechas y pérdidas económicas producen. Igual ocurre con el algodón, el maíz y decenas de productos. Curiosamente, los traficantes de drogas producen marihuana genéticamente modificada lo que es un gran negocio para ellos.
Los partidarios de las ideologías del odio, han mutado, aún cuando no genéticamente, del marxismo al ecologismo más primitivo y radical. El marxismo cuyos creadores se jactaban de ser grandes científicos frente a los utópicos carentes del rigor de la investigación, no podrían creer la mutación e involución de sus herederos, convertidos en simples ideólogos ignorantes de prejuicios sustentados en falacias, el temor y el espíritu anticientífico.
Hoy la modificación de semillas con la introducción de genes que permiten la resistencia a plagas ha permitido multiplicar la producción de soja, arroz y otros productos en la India y otros países que sufren hambrunas endémicas y pandémicas.
Mientras el mundo avanza, en el Perú y en América Latina, resultado de la ignorancia, los intereses económicos y las ideologías del odio, seguimos retrasados cerrándole las puertas a las semillas mejoradas, genéticamente modificadas.
En el pasado ya lo hicimos. Lo hace la gente común con el método de la selección y la mezcla tanto en el mundo vegetal como el animal pero en el Perú nos hemos ido más lejos, atrás de la época de los Incas, Huaris, Chancas, Pocras, Tiahuanaco y otros pueblos que realizaron investigación y modificaciones genéticas por el bien de los pueblos y su alimentación. Retomar la historia y las mejores tradiciones en la era del conocimiento y la revolución científica y tecnológica es una tarea de primer orden por el bien de todos.