Por: David Vilcapuma Gutiérrez Licenciado en Educación |
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Nació un 18 de abril de 1999, en Piura, región Piura, Perú, actualmente radica en Pachacutec, distrito de Ventanilla, Callao- Perú, realizó sus estudios en la Institución Educativa Nacional N° 5130 Pachacutec.
Sus padres son: don. Silver Choquehuanca Peña y doña Felipa Huamán Chuquicusma, Hermanos: Kaleb Fernando Choquehuanca Huaman (único hermano), con mucha nostalgia y cariño recuerda a su tierra de origen: Piura “la ciudad del inmenso calor”, así les oía decir a muchos, recordaba andar descalzo por las cálidas arenas y no sentir dolor ni ardor en sus pies y como todo niño jugar amigos hasta el cansancio.
El informativo Huachos.com, y este modesto columnista, descubre a un joven promesa de la poesía, quien con sus 18 años se inspira al escribir la poesía de lo más profundo de su ser. Inicia sus escritos en los arenales de Pachacutec, distrito de Ventanilla, Región Callao, donde los jóvenes talentos no pueden mostrar su arte por falta de interés de las autoridades con respecto a la literatura.
Él cuenta la experiencia que marcó su vida: “Era un día soleado, al salir del colegio ahí estaba ella “hola soy tu mamá”, fue tan extraño cuando se acercó a mí, tenía ocho años y… bueno entendí que mi mamá había sido realmente mi abuela, mi hermana mi tía, la jovencita desconocida a la que veía por primera vez… era mamá… “mi verdadera madre” (al menos papá siguió siendo papá) y yo pues… yo…. O al menos eso creía… sin duda al principio fue todo muy confuso.”
¿Cómo empezó a escribir poesía Jhair?
Bueno, recuerdo que mamá “la jovencita” me hizo un pequeño cuaderno con la cara de un lápiz, para hacer un trabajo del colegio como: cuentos y adivinanzas propias e hice mi propio cuento tuvo que agregar 2 hojas más al cuaderno porque no llegaba a su final y luego otras dos más y otras dos más…. Eso es uno de mis primeros recuerdos… de “escribir”.
¿Cuéntanos cómo fue tu niñez?
A mi jamás me dolió eso de “enterarme la verdad” lo que realmente me dolió fue “vivir la realidad” al alejarme de mi abuela y de mi tía (a las que considero aún como mamá y como mi hermana) fue muy difícil… aún recuerdo cuando subí al autobús, mamá tenía los ojos llorosos, “yo iré solo de vacaciones, iré al parque de las leyendas, ni bien conozca a chita al toque volveré”, le dije ella me dio un beso en la frente y me abrazo fuertemente y entre lágrimas se despidió… no la volví a ver después de tres largos años.
Que… ¿cómo fue mi niñez?
Fue como enfrentarme a un mundo extraño y solitario, solo tenía amigos en el colegio, ya que por donde vivía… bueno… la ciudad era nueva y aun no llegaban… mientras tanto descubrí que el clima y el relieve de pachacutec eran fantásticos… la vista al mar, los cerros, las enormes rocas, las neblinas, el viento, las cuevas!!!... Ahh! De cierta forma, aprendí a enamorarme de la naturaleza.
Yo era un niño que solía dar largas caminatas y correr tras los diversos pájaros y contemplar a las lechuzas, entre esos años hasta tuve la oportunidad de observar así de cerca a cóndores libres, entre las rocas, tan cerca que en dos de ellas estuve casi a punto de tocarlos.
Luego el resto de mi infancia la pasé en Tumbes- Zarumilla … (volví al sol… a las travesuras con nuevos amigos… volví a ver a mama, y estar con mi nueva mama “la jovencita”). Quizás por eso cuando volví fue algo brutal y casi como un salvajismo ver tantas casas… esos hermosos arenales vírgenes tan llenos de enigma a los que moría por volver a recorrer y ver… ya no existía… habían desaparecido.
Me pareció tan estúpido ver los cerros rotos entre carreteras; los extraños pájaros ya no estaban, el grito de las lechuzas casi extinto, alejados por las luces humanas, el silencio perturbado por el claxon de los autos, los parlantes musicales… las rocas rotas ya sin cóndores… fue tan…
Que como fue mi niñez… aunque muchos dicen a veces demasiada solitaria o hasta triste… a mi opinión particular… andar descalzo entre la arena valiente para luego andar descalzo entre la arena fría y aprender a amar aquellas cosas que casi siempre el mundo ignora… sin duda alguna… mi niñez fue la más hermosa
¿Cómo eran tus verdaderos padres?
Mi madre supo tenerme paciencia, era hijo único así que… gozaba de ciertos privilegios, siempre quería dormirme con un cuento, siempre los pedía, y al lado de mi madre al fin los pude escuchar, claro, cuando acababa el cuento, ella solía dormirse primero y yo quedaba despierto… pensando… en el contenido del cuento.
En cuanto a papá, ese hombre tiene la culpa de ser quien soy, sin él no tuviera tan enormes sueños, siempre estuvo ahí, hasta ahora sigue aquí conmigo… “también le encanta escribir”…. Me apoyó en este mundo loco de “la literatura” y se lo debo todo era mi madre a quien no le gustaba tanto.
No quería que escriba poesía, quería que salga a pasear, a los amigos, no me agradan mucho las fiestas, pero ella insistía, a que no pase tanto tiempo entre papeles, a que me desapegue un poco de los cerros y esa mirada obsesionada a las estrellas… (“he cruzado noches infinitas, hasta dejar mis pies heridos, dejando… estrellas rojizas diminutas…en centenares de caminos”)…
amo las estrellas… me pasaría horas de horas observando las si tuviese el tiempo necesario…
Bueno esa es la relación entre papá y mamá (“mis verdaderos padres”)
¿Qué te pareció Lima, cuando llegaste a conocerlo?
Lima es muy distinta… totalmente distinta… Pachacutec, en aquel entonces era una ciudad nueva, tenía la misma edad que yo, bueno era un año mayor que yo, y eso era una de las razones por las que… no había niños por donde vivía, fue duro…. Jamás había visto la neblina…. Al principio fue emocionante sentir “poder tocar las nubes” pero después fue muy difícil acostumbrarme al clima.
Cada año solía enfermarme a cada instante.
Bueno… y pasaron los años… unos cuantos... Nuestra situación económica no fue la peor, pero tampoco fue la mejor… así que papá y mamá tenían que ir a trabajar y yo quedaba solo en casa… había tanto que quería decir… tanto que quería hacer… tanto que quería girar!!!!... Y no podía.
Durante esos años; recuerdo que lo único que solía hacer era… pensar y pensar… supongo que así inicio todo… hasta que un día empecé a escribir mis pensamientos… solía perderme entre las hojas, esas situaciones, esos momentos q quería vivir… el mundo era mío… completamente mío… entre esos papeles… podía ser lo que quería, aprendí a ser yo. Pude ser y hacer… lo que sea.
Aquí un poema creado por Jahir, una futura promesa en la poesía.
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