CHINCHA ALTA - El camal estaba situado a poca distancia de la Plaza Principal de la ciudad, en el límite con el distrito de Pueblo Nuevo final de la calle Los Angeles, vecinos del colegio Santa Ana, rodeado de casas vecinales y de la acequia de Ñoco en permanente estado de suciedad como botadero de basura.

Desde hace 8 décadas, los miles y miles de vacunos de la sierra terminaban sus vidas en este lugar embemático.

Hasta hace poco poseía un establo y un corral para el engorde de ganado que venía principalmente de la serranía chinchana y de los pueblos del norte de Castrovirreyna.

Había un carnicero "grone", grandazo, maceta, que era el encargado de dar la estocada final a la bestia. El gigante llenaba en un posillo de aluminio, directamente del cuello degollado del animal, la sangre fresca y caliente y se lo tomaba golpéandose el pecho y riendo. Afirmaba que gracias a esa sangre, nunca tenia enfermedad y su fortaleza era debido al líquido vital que tomaba.

Nadie osaba desafiar al moreno por la corpulencia de su figura, era temido y respetado. Q.E.P.D.

Lado norte del camal municipal.

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“Esto era un clamor público pues el camal no solo estaba al costado de los principales colegios, de universidades, en plena zona urbana, sino que también afectaba las redes de saneamiento. Además teníamos un problema de bioseguridad por las condiciones en las que se beneficiaban los animales”, señaló el alcalde César Carranza.

Según el edil, la municipalidad no invertirá en la construcción de un nuevo camal; y en cuanto al servicio de beneficio de animales, indicó que existe una empresa privada que prestará este servicio y que la municipalidad verá las “condiciones sanitarias de los beneficios”.

Asimismo, el alcalde manifestó que el funcionamiento del camal no era sostenible para la municipalidad y que los trabajadores del concejo que laboraban en este inmueble serán reubicados en otras áreas.