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LIMA - Poco más de dos horas duró la esperada reunión que sostuvieron el presidente
Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y la líder de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, cuyo partido controla el Congreso, con 72 de 130 escaños posibles. Ambos líderes se dieron cita en Palacio de Gobierno en un momento de especial tensión política, a pocos días de cumplirse el primer aniversario del Gobierno de Kuczynski, quien ganó la segunda vuelta a Fujimori por poco más de 40.000 votos.
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La cita estaba pactada para las 16:00 (hora local) y Fujimori llegó unos minutos antes. Estuvo acompañada por José Chlimper, candidato a vicepresidente en 2016 y actual miembro del directorio del Banco Central de Reserva (BCR). A su salida afirmó que la conversación se ocupó de los temas más importantes para el desarrollo del país.
"Ha sido una reunión larga, pero sincera en la que hemos podido encontrar que hay coincidencias y también discrepancias", dijo.
A Kuczynski lo asistió el primer vicepresidente, Martín Vizcarra. Preguntado por la prensa, se mostró optimista por el tono de la reunión: "estoy seguro, tendrá frutos en el futuro no muy distante". Precisó que fueron abordados temas como la lucha contra la corrupción y la reactivación de la economía, así como la mejora del sistema judicial, de la contraloría (Tribunal de Cuentas) y de los órganos de supervisión. "Estoy absolutamente seguro de que el Perú, con un buen diálogo entre sus principales fuerzas políticas, tiene todo lo que necesitamos para salir de esta desaceleración económica, que es tan costosa para los trabajadores", aseguró.
« Fujimori y Kuczynski se han vuelto a ver las caras después de la reunión que sostuvieron en diciembre pasado. Pero aquella cumbre estéril no consiguió atemperar los ánimos. »
Por entonces, las relaciones entre el Ejecutivo y la oposición vivían sus horas más bajas, después de que el fujimorismo censurara al ministro de Educación Jaime Saavedra, por entonces el más popular del Gabinete. Para que se produjera el encuentro debió mediar Juan Luis Cipriani, polémico arzobispo de Lima, cardenal de la prelatura del Opus Dei y conocido defensor de las causas conservadoras.
Pero aquella cumbre no consiguió atemperar los ánimos. Sí lo hizo la emergencia de lluvias e inundaciones de principios de año, que arrasó buena parte del país, causando casi un centenar de muertos, más de 120.000 damnificados y cerca de 800.000 afectados. Entonces los políticos peruanos se vieron obligados a declararse una tregua para afrontar la crisis climática.
El enfrentamiento se redobló hace un par de meses, a raíz de las críticas al proyecto de construcción del nuevo aeropuerto del Cusco (en la localidad de Chinchero) y a la encendida polémica por el indulto al exdictador Alberto Fujimori, padre de Keiko y fundador de su movimiento político, condenado por delitos de corrupción y violación a los derechos humanos. Como saldo quedó la renuncia del ministro de Transportes y Comunicaciones y la salida forzada del ministro de Economía después de que el Congreso decidiera retirarle la confianza.
La reconstrucción de las zonas devastadas fue uno de los motivos que esgrimió Keiko Fujimori para tomar la iniciativa y enviar una carta solicitando la reunión con el presidente. Otros fueron la lucha contra la corrupción, la desaceleración de la economía y al "ambiente político de creciente crispación". PPK aceptó el diálogo asegurando que la mejora de la seguridad y la creación de empleo solo podían alcanzarse si las principales fuerzas políticas del país eran capaces de ponerse de acuerdo.
Se piensa que Keiko Fujimori tuvo un motivo adicional para buscar este acercamiento con Kuczyski: el pulso que sostiene con su díscolo hermano Kenji, quien lleva tiempo desafiando públicamente su conducción política y poniendo en entredicho su poder, lo que lo ha llevado a ser sometido a un proceso disciplinario dentro de su partido. Detrás de la pugna estaría el indulto al patriarca de la familia, algo que para Kenji —muy cercano a su padre— es un objetivo fundamental, pero que Keiko parece ver con pocas simpatías, pues la salida de Alberto Fujimori de prisión podría resultar en un menoscabo de su poder.
Fuente: Raul Tola - El Pais