Redacción HC |
El día 14 de febrero hubo cambio de ministros en el gabinete Otárola del actual gobierno de Dina Boluarte. En la cartera de Energía y Minas salió el ministro Vera, que tuvo un paso casi intrascendente por el ministerio, y en su reemplazo entró Rómulo Mucho, que, a la luz de sus primeras declaraciones, parece ser un mejor representante de la Sociedad Nacional de Minería y Petróleo.
Mucho ha dejado claro que viene con una agenda basada en el destrabe de varios proyectos mineros que no han obtenido hasta el momento, licencia social para su ejecución.
El primer mensaje público del nombrado ministro no menciona que pretenda aportar a la gobernabilidad ni tampoco habla de promover un clima de paz social en las inversiones mineras, sino que hace énfasis en que su misión es destrabar los proyectos mineros: “El destrabe de proyectos es mi prioridad, para eso me han traído”.
Verbo destrabar
Pero, ¿qué se entiende por destrabar para el empresariado minero peruano? En principio, son tres cosas fundamentales: eliminar la supuesta tramitología anti inversiones mineras, seguir debilitando la institucionalidad ambiental y, por último, alentar la represión policial y la persecución judicial contra las comunidades y organizaciones sociales que exigen respeto a los derechos humanos, ambientales e indígenas en zonas mineras que se oponen al desarrollo de algunos proyectos mineros en sus territorios.
En relación a esto último, es reiterativo que los supuestos ministros destrabadores (hemos tenido varios que se han presentado con ese perfil) hablen de la necesidad de que inicien las operaciones del proyecto Tía María. Esto, a pesar de que hasta ahora no cuentan con la licencia social de la población de Cocachacra. No olvidar: un saldo de cinco muertos y decenas de dirigentes sociales criminalizados y hasta hoy en procesos judiciales, es lo que han dejado los intentos por hacer avanzar este proyecto por la fuerza.
Por otro lado, el ministro destrabador viene con todo el ímpetu para implementar la Ventanilla Única Digital Informativa a pesar de las preocupaciones que tenemos diversos sectores ecologistas sobre la intención de unificar varios procedimientos mineros. Como CooperAcción hemos sido enfáticos: no se debe permitir que los permisos se aprueben paralelamente al Estudio de Impacto Ambiental (EIA), dado que este documento es el que verá la viabilidad ambiental del proyecto minero. Lo correcto es que sea luego de que se asegura la viabilidad de un proyecto minero que se debe proceder a entregar las licencias.
Antiextravista
El actual ministro también ha mencionado que su gestión luchará contra el antiextractivismo. “Necesitamos desterrar esa palabra antiextractivismo. Creo que, por fin, tenemos que seguir algunos ejemplos de países mineros en los que ya la excluyeron. Eso nos causó mucho daño, aquellas corrientes colectivistas que todo lo ven mal”. Sería importante saber qué hicieron esos países en materia de gobernanza y gobernabilidad ambiental para que las poblaciones que se oponían a los proyectos mineros los aceptaran, pero es seguro que no ha sido con represión policial, muertes y criminalización que desapareció la oposición a proyectos mineros en esos países.
Para finalizar, hacerle llegar un mensaje al flamante ministro: el Perú es un país mega diverso, pluricultural y con una diversidad de ecosistemas que representan una verdadera riqueza para nuestro futuro. Más allá de seguir repitiendo como slogan que “el Perú es un país minero”, lo que tenemos que hacer en el país es una verdadera revolución de la matriz productiva tomando en cuenta la crisis climática global que impacta en el agua, los territorios y la vida no sólo del país sino de todo el planeta.
Fuente: CooperAcción
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