La historia del APRA y la conivencia con los fujis es bien conocida. De modo nadie nos puede engañar. Quienes hemos vivido y sido testigos de cómo el APRA, a lo largo de su vida, viró y se juntó a los gobiernos más nefastos de la historia peruana, nos repugna cuando 4 “pelagatos” quieren dar lección de honradez y de principios. En nuestra juventud hemos visto como los apristas pactaron con el dictador Odría, formando la coalición APRA-UNO. Ahora convive con la mayoría congresal del fujimorismo, con el cuento de gobernabilidad. No se trata de un extremismo mafioso la observación que hacemos. Es producto, más bien, de la hipócrita santidad que demuestran estos elementos a diario. La historia está escrita, no inventamos.

¿Qué lección de honradez podemos esperar de quienes han usado la política para beneficios personales y grupales?  ¿Cómo podemos confiar en congresistas sin filiación ni bandera que en el transcurso de su devenir han destruido el país dando leyes inicuas y creando una burocracia de ignorantes y corruptos? ¿Quiénes fregaron al Perú, no son acaso los malos congresistas apristas? ¿Acaso no hay ejemplos?

En cuanto a la mayoría de los fujis, que tienen el pensamiento de que solo la dinastía o clan Fujimori está predestinado para gobernar al Perú, es muy conocida, pues la compra de conciencias y silencio con “rumas de billetes” fue un hecho normal. ¿Acaso nos hemos olvidado de los vladivideos?

Estos personajes que carecen de vergüenza y que no tienen sangre en la cara cavaron la tumba para enterrar al Gobierno de Ollanta Humala, haciéndose pasar como profetas, pero del diablo. Ahora todo el engranaje se prepara para demoler hasta los huesos de los dirigentes y líderes de PPK, tomando como pretexto la barbaridad cometida por elementos nocivos que llegaron al gobierno de “Peruanos por el Kambio”. Líderes jóvenes como Gilbert Violeta son víctimas del acoso y maltrato del simbiosis apro-fuji que tiene manchada las garras de la corrupción.  

Es cierto que el Gobierno de PPK está pasando por un mal momento. Pero debemos refrescar la memoria de los vitalicios líderes del  APRA y Fujimori, que ellos han estado más de 10 años en el gobierno, tiempo en que la corrupción se institucionalizó, y la delincuencia se generalizó. ¿Tienen moral estos padrastros eternos de la Patria para cuestionar a Kuczynski?